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Un Viaje a los Frentes Olvidados. Las Gameras, Frente Republicano, Don Benito.

24 Enero 2025
24 Enero 2025

Nuestro nuevo proyecto nos lleva a explorar los frentes de la Guerra Civil en Badajoz, buscando los vestigios de un conflicto que marcó profundamente nuestra tierra. Nos propusimos visitar los lugares donde supuestamente se ubicaron estos frentes, la línea divisoria entre la República y los sublevados.
El 1 de marzo de 2024 iniciamos esta aventura con una primera salida exitosa. Encontramos trincheras y los restos de un nido de ametralladora, aunque este último estaba completamente destruido.
Desde entonces, y hasta enero de 2025, hemos continuado la investigación, aunque con algunas interrupciones. El verano en nuestra región dificulta mucho el trabajo de campo, y la campaña de la vendimia nos obligó a detenernos durante dos meses.
El 20 de noviembre de 2024 pudimos retomar la búsqueda y visitamos Pegotes de Cámara. Allí documentamos las pinturas y grafitis que aún se conservan en los búnkeres de la posición franquista. Esta visita nos permitió publicar un nuevo artículo y nos impulsó a seguir adelante con el proyecto.
El 3 de diciembre de 2024 volvimos a la línea del frente, esta vez para explorar la posición de Las Gameras, en el término de Don Benito. Desafortunadamente, la densa niebla de ese día dificultó enormemente la visibilidad. Apenas podíamos ver a 10 metros de distancia. A pesar de ello, encontramos un vestigio de forma fortuita. Tomamos una fotografía y regresamos con la intención de volver en mejores condiciones.
El 17 de enero de 2025 regresamos a Las Gameras. Con un tiempo mucho mejor, un sol espléndido iluminaba el valle del Guadámez. Desde la posición, la vista era impresionante, se divisaban perfectamente Pegotes de Cámara, la posición sublevada. Confirmamos entonces lo que habíamos visto en los mapas.
En Las Gameras, la posición republicana, documentamos tres fortificaciones. Aunque reconozco que las fortificaciones republicanas en esta zona eran modestas, la experiencia valió la pena. A pesar del frío, el sol nos acompañó y pudimos obtener una fotografía que testimonia la existencia de este frente.
En definitiva, ¿existen vestigios de la Guerra Civil en estos lugares? Sí. ¿Son difíciles de encontrar? También. ¿Es duro el camino? Sin duda. Pero la recompensa de documentar la historia y fotografiar estos lugares, que fueron escenario de un conflicto crucial, es inmensa. Nos permite afirmar con certeza: aquí hubo un frente, aquí se libró una parte de nuestra historia.
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El 3 de diciembre de 2024, realizamos una nueva inspección de la línea del frente, centrándonos en la posición de Las Gameras, situada en el municipio de Don Benito. Las condiciones meteorológicas adversas, caracterizadas por una densa niebla que limitaba la visibilidad a escasos 10 metros, dificultaron considerablemente nuestra labor. No obstante, tuvimos la fortuna de hallar un indicio de gran interés, el cual documentamos gráficamente. Con la intención de llevar a cabo un estudio más exhaustivo, programamos un nuevo reconocimiento en condiciones climáticas más favorables.
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La densa niebla que envolvía la línea del frente el 3 de septiembre de 2024 ocultaba un secreto: una fortificación de piedra y hormigón, construida durante la guerra civil. Este hallazgo, realizado casi por casualidad, confirma la importancia estratégica de esta zona durante la guerra civil en la provincia de Badajoz. Aunque la niebla dificultó una evaluación completa, las imágenes capturadas revelan una estructura compleja, con múltiples entradas y almenas. Una posterior visita, realizada bajo mejores condiciones climáticas, permitió determinar que la fortificación formaba parte de una red defensiva más amplia.
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La nueva fotografía, tomada el 17 de enero de 2025, revela con claridad la imponente estructura de las almenas de la fortificación descubierta en septiembre pasado. Lo que la densa niebla ocultaba era un estratégico mirador sobre el fértil valle del río Guadámez. Desde esta posición republicana, se dominaba por completo el valle, convirtiendo al río en la frontera natural que separaba a las dos Españas durante la contienda.
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 La fotografía aérea del vuelo 57 revela de manera sorprendente lo que antaño fue una trinchera, claramente delimitada por una línea amarilla. Hoy, ese escenario bélico ha sido transformado en un próspero huerto de frutales, ubicado en el término municipal de Don Benito. El contraste entre la violencia del pasado y la paz del presente es evidente. A juzgar por la imagen, la trinchera parece extenderse a lo largo de unos 3 kilómetros y albergar al menos tres posiciones fortificadas. Sin duda, un hallazgo que invita a una exploración más detallada.
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 Como puede observarse en la imagen, las colinas dominan el paisaje con una notable diferencia altimétrica respecto al valle del río Guadalmez. Los cerros presentan cotas que varían entre los 349 y 356 metros, mientras que el curso fluvial mantiene elevaciones más modestas, oscilando entre los 303 y 306 metros. Este desnivel aproximado de medio centenar de metros crea un espectacular contraste topográfico, convirtiendo estas elevaciones en auténticos miradores naturales que se asoman al valle del río Guadalmez como si fueran balcones tallados por la propia geografía.

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Dejamos el coche y nos adentramos en el paisaje ondulado, impulsados por la esperanza de hallar el primer indicio de las fortificaciones que habíamos pasado por alto en nuestra anterior expedición debido a la densa niebla: las trincheras de las Gameras.
Ante nuestros ojos, se alzaba la primera de las tres estructuras, aunque parcialmente deteriorada. El paso del tiempo y la búsqueda de espárragos trigueros, abundantes en la zona, habían hecho mella en su estructura. A pesar de ello, la fortificación conservaba su esencia, permitiéndonos capturar su imagen para compartirla contigo.
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Este hallazgo es un testimonio del éxito del proyecto que hemos emprendido con gran entusiasmo. Nos sentimos motivados para seguir explorando y desvelando los secretos que aún esconde este lugar.
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Como es habitual en nuestras visitas, dedicamos tiempo a examinar la estructura de la trinchera, señalando las troneras y la entrada a la fortificación desde la trinchera. Bueno, la entrada original, ya que el vestigio se conserva. Por supuesto, no podíamos irnos sin la foto de rigor. ¡Momento que inmortalizamos con una foto para el recuerdo!
Quiero aclarar que nuestro fotógrafo se resiste a aparecer en las fotos. ¡Capi es un gran profesional detrás de la cámara, pero prefiere mantenerse en el anonimato! En esta aventura nos acompañan los amigos José Antonio Calderón de (@extemosdelduero), Miguel Sánchez y Pepe Pecero de (www.guerracivilenbadajoz.com). ¡No hace falta que adivines quién es quién, la edad nos delata!

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Continuamos nuestra búsqueda a pie por las colinas que mostramos en la foto debajo de los mapas, avanzando con cuidado sobre el terreno rocoso. Seguimos decididos a encontrar el segundo vestigio que supuestamente existe. Tras caminar una distancia considerable entre piedras sueltas, ¡dimos con el segundo vestigio! La verdad es que fue otra sorpresa, ya que se está confirmando todo lo que en principio creíamos que existía. Al principio, nos sentíamos un poco desanimados por no haber encontrado nada más que un vestigio, y casi nos topamos con él de casualidad.
¡Si no, ni siquiera lo hubiéramos visto! A continuación, te mostramos las fotos. Como podrás observar, este vestigio es similar al primero que encontramos, aunque está un poco más deteriorado. A medida que avancemos en nuestra investigación, te invitamos a unirte a nosotros en este emocionante viaje. Descubre con nosotros la historia oculta de las trincheras de las Gameras.

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Desde este fortín destruido, situado en un punto estratégico del valle del río Guadámez, se domina un amplio panorama que nos permite entender la importancia de este lugar durante la Guerra Civil Española (1936-1939). El valle, con su fértil vega y su río serpenteante, era un punto clave en la ruta hacia Badajoz y fue escenario de numerosos enfrentamientos entre las fuerzas republicanas y sublevadas. Frente a nosotros, se alzan las fortificaciones de Pegotes de Cámara, una posición clave defendida por los sublevados.
Estas fortificaciones, construidas con materiales de la zona y aprovechando la orografía, contaban con trincheras, búnkeres y puestos de ametralladoras que les permitían controlar un amplio sector del valle. La Guerra Civil Española fue un conflicto fratricida que enfrentó a diferentes sectores de la sociedad española. En este contexto, es interesante reflexionar sobre las diferencias entre los militares profesionales, formados en academias militares y con una larga trayectoria en el ejército, y la clase obrera, movilizada en milicias populares y con una formación militar más básica.
Los militares profesionales, muchos de ellos procedentes de la nobleza y la alta burguesía, defendían valores como la disciplina, la jerarquía y el sentido del deber. La clase obrera, por su parte, aportaba su fuerza de trabajo y su compromiso con la defensa de la República y los derechos de los trabajadores. Hoy, este fortín destruido y las fortificaciones de Pegotes de Cámara son testigos mudos de aquel conflicto fratricida. Nos invitan a reflexionar sobre las causas de la guerra, sus consecuencias y la importancia de la reconciliación y la memoria histórica.

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"Como es habitual en nuestras exploraciones, hemos inmortalizado el momento con una nueva fotografía, sumando otra imagen a nuestro creciente archivo de vestigios de la Guerra Civil Española en esta región. Nuestra labor de documentación continúa, rescatando del olvido estas huellas del pasado que creíamos perdidas. Es comprensible que estos restos hayan permanecido ocultos durante tanto tiempo. Si consideramos la magnificencia de las fortificaciones que se alzaban frente a esta posición, como las de Pegotes de Cámara, construidas por el bando sublevado con una ingeniería y recursos notables, es lógico pensar que existiera una línea defensiva en este lado del frente.
La Guerra Civil Española fue un conflicto que marcó profundamente nuestro país, y sus vestigios aún pueden encontrarse en diversos puntos de la geografía española. Nuestro objetivo es preservar la memoria de aquellos años, documentando y difundiendo el conocimiento sobre estos lugares que fueron escenario de enfrentamientos y estrategias militares. En esta ocasión, nos encontramos ante una posición que, aunque menos imponente que otras, nos revela la importancia estratégica de este punto en el contexto del frente de batalla. La presencia de fortificaciones en ambos lados del valle del río Guadámez evidencia la intensidad de los combates que se libraron en esta zona.
Te invitamos a seguir explorando con nosotros estos lugares cargados de historia, a través de nuestros artículos y fotografías. Juntos, podemos mantener viva la memoria de la Guerra Civil Española y comprender mejor nuestro pasado."

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"Tras nuestra anterior expedición, en la que la niebla nos impidió explorar en detalle la zona, regresamos al mismo lugar con José Antonio y Capi, quienes no habían tenido la oportunidad de acompañarnos en aquella ocasión. Nuestro objetivo era localizar y documentar un tercer nido de fusilero o de ametralladora, cuya existencia sospechábamos por la configuración del terreno y la información que habíamos recopilado.
Tras una caminata por la zona, finalmente dimos con la estructura. Se trataba de un punto fortificado que, por su ubicación estratégica, permitía dominar un amplio sector del valle del río Guadámez. Las vistas desde este nido eran impresionantes. El valle se extendía ante nosotros en toda su magnitud, con el río serpenteando a través de los campos y las colinas. Era fácil imaginar la importancia estratégica de este punto durante la Guerra Civil Española (1936-1939). La crudeza de la guerra se respiraba en el ambiente.
Era fácil imaginar a los soldados parapetados en estas trincheras, soportando el fuego enemigo, protegiéndose de los ataques de mortero y artillería, y preparándose para las avanzadillas que buscaban tantear sus posiciones. La tensión y el miedo debieron ser compañeros constantes de aquellos hombres, que luchaban por sus ideales y por la supervivencia en un conflicto que parecía no tener fin. Hoy, estas trincheras son un testimonio mudo de aquella guerra. Nos invitan a reflexionar sobre la fragilidad de la paz y la importancia de la reconciliación. Es fundamental recordar lo que ocurrió en estos lugares para evitar que la historia se repita. La memoria de la Guerra Civil Española debe servirnos de guía para construir un futuro en paz y libertad."

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La vista desde la posición de La Gamera hacia Pegotes de Cámara es sencillamente impresionante. La panorámica abarca un extenso territorio, permitiendo contemplar en detalle las fortificaciones que se extienden a lo largo del valle. Sin embargo, durante nuestra exploración, surgió una duda intrigante al observar un nido de ametralladora en particular. Como se aprecia en la fotografía adjunta, en el centro de la estructura se distingue un elemento que parece un poste. Ante esta peculiaridad, planteamos la pregunta a Capilla y Antonio, buscando su opinión al respecto. La respuesta no fue concluyente, ya que la estructura en cuestión se encuentra justo en el centro del nido y no presenta indicios de tener una bóveda.

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En esta nueva fotografía, se aprecia con mayor claridad el detalle que despertó nuestra curiosidad. Como mencioné anteriormente, nos encontramos ante un nido de ametralladora en la posición de La Gamera, con vistas a Pegotes de Cámara. Sin embargo, hay un detalle que no encaja en la estructura típica de este tipo de fortificaciones: un poste que se alza en el centro del nido. Hemos debatido sobre este elemento con Capilla y Antonio, pero no hemos llegado a una conclusión clara. La presencia de este poste resulta desconcertante, ya que no parece cumplir ninguna función lógica en un nido de ametralladora. Si se tratara de una estructura de soporte para una bóveda, sería esperable encontrar restos de la misma en el suelo, como piedras caídas o fragmentos de hormigón. Sin embargo, no hay rastro de ello.

Un poco de nuestra historia.

La 37.ª División del Ejército Popular de la República, una formación militar clave en el frente de Extremadura durante la Guerra Civil Española, no solo defendió posiciones estratégicas como Las Gameras, sino que también fue testigo y partícipe de los profundos cambios y desafíos que marcaron este conflicto.
Contexto histórico y social.
La Guerra Civil Española (1936-1939) fue mucho más que un enfrentamiento militar; fue un choque de ideologías, un conflicto que dividió a la sociedad española y que tuvo profundas raíces en la historia del país. La Segunda República Española, proclamada en 1931, había traído consigo un período de reformas y tensiones sociales que culminaron en el levantamiento militar de julio de 1936, liderado por el general Francisco Franco.
La guerra dividió al país en dos bandos: el bando republicano, que defendía la legalidad constitucional y estaba formado por diversas fuerzas de izquierda y centro, y el bando franquista, compuesto por militares sublevados, sectores conservadores y la Iglesia católica. El conflicto se caracterizó por su brutalidad y polarización, y tuvo un impacto devastador en la sociedad española.
El frente de Extremadura y la 37.ª División.
El frente de Extremadura, donde operó la 37.ª División, fue un escenario crucial de la guerra. Esta región, fronteriza con Portugal y con una importante presencia de terratenientes y jornaleros, fue un territorio de disputa entre los dos bandos. La 37.ª División, creada en mayo de 1937, tuvo la misión de defender la línea republicana en este frente, incluyendo posiciones clave como Las Gameras.
La defensa de Las Gameras por la 37.ª División es un ejemplo del papel crucial que jugaron las unidades militares en la defensa de puntos estratégicos durante la Guerra Civil. Estas posiciones, a menudo ubicadas en zonas elevadas o en cruces de caminos, eran vitales para controlar el territorio y evitar el avance del enemigo. La 37.ª División, a pesar de no haber participado en grandes ofensivas, cumplió su misión de mantener la línea republicana en Extremadura.
La batalla de la Bolsa de Mérida y sus consecuencias.
La batalla de la Bolsa de Mérida en julio de 1938 fue un duro golpe para la 37.ª División. Durante este enfrentamiento, la división sufrió grandes pérdidas y sus brigadas 20.ª y 91.ª quedaron atrapadas, lo que afectó profundamente la moral y la capacidad operativa de la unidad. La pérdida de la 109.ª Brigada Mixta y la necesidad de una reorganización bajo el mando de José Sabín Pérez fueron consecuencias directas de esta batalla.
A pesar de este revés, la 37.ª División logró sobreponerse y continuar luchando en el frente de Extremadura hasta el final de la guerra. Su participación en la batalla de la Bolsa de Mérida, aunque desfavorable, es un testimonio de la resistencia y el espíritu de lucha de los soldados republicanos.
El legado de la 37.ª División.
La 37.ª División, a pesar de no haber alcanzado victorias resonantes, es un símbolo de la lucha por la defensa de la República y de la resistencia frente al franquismo. Su historia refleja la complejidad y la tragedia de la Guerra Civil Española, un conflicto que dejó una profunda huella en la sociedad española y que marcó el inicio de una larga dictadura.
La memoria de la 37.ª División y de sus soldados sigue viva en la historia de la Guerra Civil Española. Su participación en la defensa de Las Gameras y en la batalla de la Bolsa de Mérida, así como su resistencia en el frente de Extremadura, son un testimonio de su compromiso con la causa republicana y de su lucha por la libertad y la democracia.

Textos, mejorados con inteligencia artificial.

José Pecero Merchán.

 

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