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Misterio del soldado extremeño desaparecido.

07 Junio 2015
07 Junio 2015

Al soldado Francisco Jaime le perdemos la pista en octubre de 1938. Hace unos días, comentaba en Twitter un amigo que “en los personajes anónimos es donde realmente se encuentra la historia”. Y no le falta razón.
La historia que voy a contar me impresionó tanto o más que las que hablan de los grandes estrategas de la Guerra Civil. No es una historia de heroísmo ni una hazaña bélica digna de ser contada. Es una historia cruda que refleja la evolución de una persona durante un conflicto como el español. La historia de un completo desconocido al que le perdemos la pista en enero de 1937. Las siguientes líneas nos llevarán a Extremadura, Teruel, Barcelona y el Cerro Garabitas de la Casa de Campo de Madrid.
Verano de 1936
A Francisco Jaime le sorprendió la guerra en su localidad natal, Barcarrota (Badajoz). En julio de 1936 tenía 17 años y trabajaba como aprendiz en una carpintería propiedad de su tío. A los pocos días del alzamiento militar, se formó en su pueblo un Comité Revolucionario que detuvo a 43 personas, afines, políticamente hablando, a los sublevados, y él asesinó a dos individuos del partido tradicionalista. Francisco presenció con estupor como detenían a varios de sus mejores amigos por el simple hecho de ir a misa todos los domingos o por pertenecer a La Falange. Él se libró de la detención por ser primo segundo de uno de los cabecillas del Comité, por lo que siguió haciendo su vida con normalidad, aunque con el temor de ser detenido en cualquier instante.
24 agosto de 1936
Se había cumplido un mes del inicio de la Guerra Civil cuando los nacionales habían tomado prácticamente toda la provincia de Badajoz. Los milicianos de Barcarrota establecieron unas defensas muy simples para intentar contener al tambor de regulares que se aproximaba a la localidad. Los combates fueron durísimos, especialmente en las inmediaciones del cementerio. Al final, el frente populistas nada pudieron hacer para contener a los hombres del General Yagüe que entraron en Barcarrota a primera hora de la mañana del 25 de agosto. Antes de la cruda batalla, Francisco y dos amigos decidieron huir del pueblo. No querían ser testigos de una lucha sin sentido y, menos aún, que el Comité Revolucionario les obligara a luchar. Por la zona sur del pueblo, consiguieron burlar a las patrullas de la CNT y se encaminaron rumbo a la Sierra del Potril. Entre cortijos y bosques, Francisco y sus acompañantes se escondieron varias noches aprovechando el buen tiempo hasta que fueron detenidos. Una patrulla de reconocimiento franquista localizó a los tres huidos y los llevó de vuelta a Barcarrota para ser interrogados. Tras comprobar que estaban limpios, fueron puestos en libertad y Francisco siguió haciendo su vida normal, aunque con su pueblo tomado por los nacionales. 
Verano de 1937
Tras cumplir los 18 años, Francisco fue llamado a filas con otros chicos de Barcarrota y en la misma caja de reclutas decidió alistarse en las Divisiones Italianas, más conocidas por Flechas Negras. ¿El motivo de formar parte de los batallones fascistas italianos? Simplemente económico. Mientras que la infantería nacional pagaba poco más de una peseta y media al mes, las Flechas Negras pagaban 2,5, una cantidad que le vendría de maravilla tanto a él como a su familia.
 En septiembre de este año le enviaron a Zaragoza para hacer la instrucción con los voluntarios italianos y un mes más tarde le destinaron a Teruel con La 2 Bandera de Flechas Negras, formada sobre todo por extremeños, salvo los oficiales que seguían siendo italianos. Tras el fiasco italiano en la Batalla de Guadalajara, Mussolini quería recobrar el honor perdido y sus tropas voluntarias participaron en el otoño e invierno de 1937 en numerosísimas operaciones en el Frente de Aragón. El bautismo de fuego como soldado de Francisco fue en Peñarroya aunque las actuaciones destacadas de su unidad tuvieron lugar en el Frente de Aragón. 
heridos
Marzo 1938
Cerca de Belmonte, un grupo expedicionario de las Flechas Negras en el que estaba Francisco cayó en una emboscada de comandos republicanos. Casi todos los compañeros de unidad murieron en el combate salvo algunos, como nuestro protagonista, que fueron hechos prisioneros. Junto a otros presos nacionalistas, Francisco fue trasladado a Barcelona, donde sorprendentemente no ingresó en la cárcel ni fue juzgado por ningún tribunal. Durante todo el viaje a la ciudad condal convenció a sus captores de que “tenía intención de pasarse a los republicanos cuando tuviera la oportunidad porque desde siempre había sentido simpatía hacia las ideas izquierdistas”. Francisco, con su gran oratoria y su gracejo extremeño, se presentó en la oficina de evadidos en Barcelona y le dijo al sargento responsable que “quería luchar por la República”.

Con varios guardias civiles pertenecientes a la Columna Escobar, Francisco es destinado, ya como soldado republicano, a Madrid. Allí forma parte de la 43 Brigada Mixta que por aquel entonces estaba liderada por Victoriano González Marcos. Las posiciones de esta Brigada se ubicaban en la Casa de Campo, muy cerca del Cerro Garabitas, uno de los puntos más altos de Madrid y en poder de los nacionales. 

En mayo de este año, la situación bélica de la Casa de Campo era mucho más tranquila que en noviembre de 1936. Los dos ejércitos habían cavado trincheras y se habían construido incluso fortines y nidos de ametralladoras. El frente, por lo tanto, se había estabilizado y los combates entre nacionales y republicanos brillaban por su ausencia, salvo escaramuzas aisladas. Con este contexto y pese a las incomodidades de la guerra, Francisco vivió varias semanas tranquilo en las que hizo amistad con varios jóvenes como él, sobre todo extremeños. Llegó incluso a colaborar en la elaboración de un periódico que editaba la propia Brigada Mixta. Fue allí cuando conoció a Luis Fernández, un madrileño de 25 años con aspecto retraído que trabajaba como mecanógrafo de la Brigada. Sin darse cuenta, Francisco fue adquiriendo confianza con el mecanógrafo hasta que cierto día surgió el tema de evadirse a la zona nacional. Sin tapujo alguno, nuestro extremeño reconoció que en la zona nacional se vivía mejor y le propuso pasarse con varios compañeros a los nacionales. El interés de Francisco por cambiar nuevamente de uniforme era tan grande que delante, incluso de otros soldados se atrevió a mostrar 250 pesetas franquistas que guardaba todavía de su paso por las Flechas Negras.
 Trinchera Cerro de los Locos
Restos actuales de trincheras en la Casa de Campo, allí estuvo Francisco 
en la 43 Brigada Mixta. Allí fue detenido por el SIM.
Mayo 1938

Durante los primeros días de mayo, Francisco y Luis prepararon de forma meticulosa la posible fuga hasta que llegó el día 6. Después de terminar una guardia diurna en una trinchera próxima a Garabitas, Luis apareció con un grupo de agentes del SIM (Servicio de Información Militar de la República). Su compañero mecanógrafo resultó ser un agente del servicio de información del Ejército del Centro que le estaba siguiendo la pista desde que aterrizó en la Casa de Campo. Tras identificarse como miembro del SIM y ponerle los grilletes, se lo llevaron al puesto de mando de la Brigada, donde fue interrogado y golpeado durante horas. Al final tuvo que reconocer que se había planteado la evasión y que había recomendado a otros soldados que se pasaran a los nacionales. Una vez firmada la declaración, Luis (su nombre real no era ese. Tampoco lo conocemos. En los archivos del SIM aparece como el agente Francia), telefoneó a su superior, Ángel Pedrero, para anunciarle que ya se había efectuado la detención y que trasladarían al detenido a la cárcel del SIM en el Ministerio de la Marina.

Dinero real franquista intervenido a Francisco Jaime en mayo de 1938. Lo hemos encontrado en su ficha judicial en el Archivo Histórico Nacional
En el mes de julio Francisco pasó a disposición judicial por el Tribunal Especial de Guardia número 2. Pese al interés de su abogado defensor, Francisco Jaime fue condenado a muerte por traición, una sentencia posteriormente ratificada por el Tribunal Especial de Espionaje y Alta traición en septiembre de ese mismo año, aunque el Tribunal de Espionaje de Barcelona tendría que abrir de nuevo diligencias. Los delitos por los que le condenaban eran de traición, propaganda a favor del enemigo e intento de evasión. Mientras esperaba las diligencias de Barcelona, Francisco fue trasladado a la cárcel de San Antón. Finalmente, fue llevado a Barcelona en octubre de 1938, tres meses antes de que Cataluña cayera en poder de las tropas nacionales. Sabemos que estuvo preso en el Buque Prisión Villa de Madrid, pero es aquí cuando le perdemos la pista. 

Condena a muerte de Francisco Jaime

Tras varias semanas de investigación hemos leído listas inmensas de condenas a muerte en Barcelona, pero no figuraba en ninguna de ellas el nombre de Francisco Jaime. También hemos estudiado el traslado de presos a otros puntos de Cataluña o el envío incluso a campos de trabajo y no hemos localizado nada. De hecho, hemos dialogado con todas las personas apellidadas Jaime en la provincia de Badajoz y nadie tiene noticias de lo que le pudo pasar al soldado Francisco tras llegar a Cataluña. Esta misteriosa desaparición nos hace elaborar algunas teorías:
1) En octubre de 1938, fecha en la que llega a Barcelona, los nacionales estaban iniciando la ofensiva de Cataluña. La ciudad condal cayó en poder de Franco en enero de 1939. Conocemos muchos casos de presos que fueron liberados por sus carceleros antes de que llegaran los nacionales, buscando un trato de favor por parte de las autoridades franquistas. Es factible que Francisco fuera uno de ellos y echara raíces en Barcelona o incluso que volviera a Madrid.
2) Fue evacuado al igual que otros presos rumbo a Francia. Muchos de ellos no llegaron a su destino y fueron fusilados por los Republicanos antes de cruzar la frontera. 

3) Escapara en alguna de esas expediciones como lo hicieron varios presos nacionalistas como Rafael Sánchez Mazas.
El final de la historia de Francisco Jaime está todavía por escribir y nosotros seguiremos investigando para escribirlo lo antes posible.

Fuentes:

AHN 
AHM Guadalajara
Familia Gerard
Editado por: GUERRA CIVIL EN MADRID Enlace:http://guerraenmadrid.blogspot.com.es/2012/02/el-misterioso-caso-del-soldado.html

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