Nació en Villagarcía de la Torre (Badajoz) en 1916 y falleció en el año 2004 en Hinojosa del Valle, donde residía desde hacía muchos años. De familia muy humilde, fue obrero del campo y miembro de la sociedad obrera socialista.

Como hemos señalado en los textos que aparecen en el cd-rom, durante la II República se pusieron en marcha numerosas reformas, una de ella fue la Reforma Agraria que proporcionó tierras a algunos jornaleros. Saturnino consiguió así una pequeña parcela. Con la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y la posterior guerra civil, Extremadura se vio profundamente afectada (3). Saturnino formó del Comité antifascista (4) de su localidad. Luego marchó como miliciano para defender Badajoz frente al avance de los sublevados.

Saturnino nos contaba que en Badajoz todos los días cientos de milicianos iban a pedir armas a las autoridades, las cuales siempre contestaban que se procedería en breve a la entrega de las mismas. Él achacaba que los militares que defendían Badajoz no querían proporcionárselas a los milicianos por estar algunos militares comprometidos con los sublevados. El avance desde Sevilla de las tropas de la “Columna Madrid", también conocida como "Columna de Yagüe" o "Columna de la Muerte" fue imparable y ocuparon una tras otra las localidades hasta Mérida y luego Badajoz. Allí Saturnino fue testigo de las grandes matanzas que se produjeron, en esta ciudad/ en la zona de la catedral de Badajoz.

Él estaba en unos refugios el día 14 de agosto, cuando entraron en Badajoz las tropas rebeldes de Yagüe. Ocupada la ciudad, las tropas fueron

Sacando a los combatientes y a las personas que simplemente estaban refugiadas para poner en marcha todo el proceso represivo que permitiera a los rebeldes asentar el control de la ciudad. Saturnino cita las calles Donoso Cortés, Bravo Murillo y San Juan. Las víctimas eran colocadas en fila, en la calle Bravo Murillo eran atadas y llevadas cerca de la catedral, donde eran asesinadas formando un gran montón de cadáveres. Era un espectáculo que Saturnino describe como dantesco. Indignado nos contaba como ante el aplauso de algunas personas, en los balcones del Ayuntamiento y otros locales, caminaban hacia la muerte delante de la puerta de la catedral. Saturnino y otros conocidos suyos iban en una de las filas, que se iba acercando hacia el lugar donde se estaba produciendo la matanza, por lo que fue testigo directo. Nos narraba cómo tenían instaladas unas ametralladoras y a medida que llegaba la fila, obligaban a detenidos a subir encima del montón de cadáveres y allí eran ametrallados. Saturnino narró estos acontecimientos con varios dibujos que están incluidos en el cd-rom.

Yagüe empezó a organizar la fila en la calle Bravo Murillo, en la que iban personas de todo tipo. Según Saturnino:

(…) al llegar a mí, que era el último… dejaron un grupo de diez doce personas. Un cabo del Tercio pregunta a Yagüe: ¡con estos hacemos!, y dice éste !Qué se vayan! !Qué se vayan! ¡Si los va a matar a todos, había que haber cogido una hoz y cortar cabezas empezando por una punta y terminando por otra, fuera! !Qué se vayan! 

Preguntado por cuántas personas podía haber allí en el montón contesta.

                Ni idea… esos son miles.

Saturnino describe cómo lograron salvarse y finalmente escapar saliendo de la muralla con la ayuda de una persona de etnia gitana. Pudieron llegar hasta un pueblo, Villagarcía de la Torre, que ya había sido ocupado por las tropas rebeldes Allí estuvo hasta 1937 cuando, junto a otros hombres, huyó hacia las líneas republicanas en Castuera, desde allí marcharon a Madrid donde se integraron en el batallón "Pedro Rubio" extremeños, que tomó ese nombre en memoria de Pedro Rubio Heredia, que fuera miembro de las Juventudes Socialistas, diputado en 1933 y asesinado en Badajoz en 1935.

Al finalizar la guerra fue detenido y estuvo preso en Badajoz y Mérida. En esta última ciudad, en la cárcel del convento de la Plaza de Santo Domingo, fue testigo de las condiciones infrahumanas en las que estaban hacinados los presos. No cabían más personas. Comenta que allí había unas seiscientas personas con pena de muerte y cientos con otras penas menores. Desde allí sacaban a varios presos cada noche para ser asesinados en las tapias del cementerio. Saturnino nos da detalles de algunos, como José María Cabeza Frutos que fue asesinado dentro del convento: represaliado por el intento de huida junto a otras dos personas. Uno de ellos logró huir, otro fue detenido en la puerta y asesinado allí mismo. Por su parte, José María Cabeza fue detenido y asesinado dentro para que sirviera como escarmiento para los demás presos. Saturnino nos cuenta con gran dolor como después de matarlo, a los pocos días llevaron a otro hermano de José María y pusieron su petate para que se alojara en el mismo lugar donde perdió la vida su hermano.

En todos los relatos hemos encontrado las condiciones tan terribles que se vivían en el sistema carcelario franquista. Comían "coles de las que echaban a las vacas, con más agua que coles", nos decía Saturnino. Los condenados a pena de muerte estaban en los sótanos totalmente a oscuras, esperando el momento de ser fusilados en las tapias del cementerio. Él fue condenado a veinte años y un día de prisión, finalmente sólo cumplió parte de la pena. Cuando salió de prisión se dedicó a estraperlo. Adquiriendo productos procedentes de la molienda, conoció a Visitación Arias Hernández, perteneciente a una familia socialista, con la que luego se casaría. En 1948 marcharon como colonos a la zona del Protectorado español en Marruecos, donde vivieron hasta 1963. Finalmente, optaron por volver de nuevo a Extremadura y se establecieron definitivamente en Hinojosa del Valle.

Uno de los recuerdos más duros que Saturnino guardó durante toda su vida fue las matanzas de Badajoz y la impresión de aquellos centenares de cadáveres apilados mientras las ametralladoras seguían disparando a las nuevas víctimas y una parte de los ciudadanos aplaudían. Tal era su obsesión que tenía dibujados todos estos hechos una y otra vez narrando aquellos días. Él, que lo vivió y sobrevivió, se mostraba indignado con aquellos que ahora niegan o minimizan las "matanzas de Badajoz"

(3) Sobre el tema, ya hemos citado en el cd-rom la cada vez más amplia y variada bibliografía al respecto; Francisco Espinosa, Julián Chaves, Enrique Moradiellos, J,L. Gutiérrez Casala, José Maria Lamas, Justo Vila, F. Sánchez Marroyo, Juan García, Antonio D. López,  Cayetano Ibarra, Francisco Pilo, Jacinta Gallardo, Fernando Ayala, Juan Carlos Molano, Angél D. Martin, Jose Hinojosa, y otros.

(4) J. L. Gutiérrez Casala menciona a Saturnino como uno de los dirigentes locales en su obra La guerra civil en la provincia de Badajoz: represión republicano-franquista, Universitas 2003. Saturnino nos contaba, un tanto enfadado, que por aquella época, él no dejaba de ser un crío y que no tuvo ningún papel destacado más que ser simpatizante izquierdista.

Testimonio de Saturnino Medina Candalija. 

Texto extraído del trabajo publicado en libro y C.D. 

ESPACIOS, LUGARES Y PERSONAS DE LA GUERRA CIVIL EN LA PROVINCIA DE BADAJOZ.

Autores: Ángel Olmedo Alonso. (Director) y José Izquierdo Izquierdo.

Colección Estudios Provinciales.

Video del testimonio de Saturnino Medina.

 Saturnino Medina fue un testigo presencial de la matanza de Badajoz, en su relato nos cuenta su cara a cara con el general Yagüe y como los muertos se...

“En el umbral de lo desconocido, la historia se bifurca en dos caminos.”