Contraataque republicano y hundimiento de toda la línea de frente de la 21ª División sublevada entre el 22 y 31 de agosto de 1938, según los historiógrafos franquistas.
13 Febrero 2024
13 Febrero 2024
La semana pasada me llega una publicación, (Entrega), que ya ley y archivé, años atrás, del blog del amigo Fernando Barrero. (Lucha por la dignidad de los desaparecidos durante la Guerra Civil.) Un impresionante. Como siempre.
Donde documenta y publica sobre la 109 B.M. y los cortijos de La Boticaria y Casa de Zaldívar, que se convirtieron en campos de concentración para los soldados que componían esta Brigada Mixta, al entregarse en la posición la Barca al final de la guerra. A las tropas franquistas.
Que decir sobre el trabajo que realiza Fernando Barrero. Un gran trabajo. Que aporta cierta claridad a la guerra civil, en los frentes republicanos de nuestra provincia de Badajoz. Con sus publicaciones de los diarios de operaciones de algunos batallones de la 109 B.M. para mí. En mi ignorancia o medias ignorancias de la situación de los frentes, fue una luz al final del túnel. Sus publicaciones me dio a entender muy claro la situación, en la zona republicana de Badajoz, la cual se mantiene hasta el final de la guerra. Si está nuestra tierra, se luchó hasta el final por las libertades, por la democracia, por nuestros derechos. Acallados duramente en los años que duro la dictadura. Desde aquí darte las gracias, por esa luz que aportas a esta nuestra historia, tan olvidada, tan borrada, durante tanto tiempo.
Un saludo.
Publicado el 15 junio, 2022 por Fernando Barrero.
Síntesis de las operaciones militares de la bolsa de La Serena y del frente Tajo-Guadiana, durante la segunda fase del mes de agosto de 1938 expuestas por el Estado Mayor Central del Ejército en 1968.
Operaciones en Extremadura
Del día 21 al 26 de agosto fue también ocupada por fuerzas del Ejército del Centro una extensa zona al sur de Puente del arzobispo [Toledo], en la que se hallaban incluidos los pueblos de Belvis de la Jara, La Nava de Ricomalillo, El Campillo [de la Jara] y Puerto de San Vicente [todos ellos en la provincia de Toledo].
En vano intentaron los rojos recuperar el terreno perdido en este ciclo de operaciones, desencadenando a fines de agosto una violenta contraofensiva sobre el saliente de Cabeza del Buey, pues, salvo algún retroceso en el gran codo del Zújar, los nacionales se mantuvieron en las posiciones conquistadas.
Arrollador contraataque republicano que la 21.ª División franquista no pudo resistir, desde el 22 de agosto hasta el final del mes de 1938, en la Historia del Ejército Popular de la República de Salas Larrazabal
Ante la peligrosa situación creada, Miaja reacciona con rapidez y de Levante salen con dirección a Extremadura cuatro nuevas divisiones: la sexta, del XX Cuerpo de Ejército a cuyo frente viene Valeriano Marquina, el antiguo jefe de Estado Mayor de Ibarrola en el Norte a cuyas órdenes había también actuado en las campañas de Teruel y Levante, trae las brigadas 107.ª, en la que Quijada sustituye a Julio Carreras procesado en Levante por abandono de destino; la 209.ª, la antigua de El Campesino que mandó Aparicio Gaya y que ahora tenía por jefe al profesional Hernando Liñán y por último la 220.ª que conducía el teniente coronel de Infantería Rogelio López Belda.
Soldado de una Brigada de choque.
Otra de las divisiones que acuden a Extremadura es la 19ª que así regresa a su punto de procedencia; pertenecía en Levante al XVII Cuerpo de Ejército y llegó mandada por Juan Martínez Lignac “Juanín”, el antiguo suboficial de Simancas al que vimos actuar por Asturias. Tiene a su mando las brigadas Sexta, 52ª y 58ª, cuyos jefes son Nemesio Segura, Salvador Alvárez de Toledo y el mayor profesional Esteban Domingo Piña.
La tercera de las divisiones de refuerzo es la 28ª la antigua y famosa División “Ascaso” en que se refundieron las columnas anarcosindicalistas “Ascaso”, “Rojo y Negro”, “Aguiluchos” y “19 de julio”. Trae a su frente a Juan Mayordomo Moreno y conserva sus tres viejas brigadas 125ª, 126ª y 127ª, tenazmente defendidas por el C.N. [Comité Nacional] de la C.N.T. Las mandan Ricardo Meléndez Ramos, oficial de complemento del Ejército y los cenetistas Andrés García y Esteban Serras Colobrán. Procedía del Cuerpo de Ejército “B”, que desde el día 20 de agosto se conocería como XIII Cuerpo de Ejército.
La cuarta y última de las divisiones de refuerzo fue la 52ª, integrada anteriormente en el XVI Cuerpo de Ejército y que mandaba el diputado comunista extremeño, extremeño como diputado, pues él era santanderino, Pedro Martínez Cartón, el antiguo jefe de milicias de Extremadura y miembro del C.C. [Comité Central] del P.C.E. Sus brigadas eran la 43ª, la 175ª y la 197ª. La 43ª llegó mandada por el mayor de milicias Miguel Torruz Palomo suboficial del Ejército y cuyo hermano, José, cabo de la Guardia Civil, fue hombre de confianza del capitán Cortés en el Santuario de la Cabeza, en cuya defensa murió heroicamente el día del asalto final; la 43ª con Rafael Barredo González a quien en octubre sustituyó José Pellisó y la 197ª por Juan Serrano.
No fueron sólo estas cuatro las divisiones que acudieron; la primera en marchar hacia Extremadura fue la 71ª División, reserva del Ejército de Andalucía. La mandaba el teniente coronel de Infantería Carlos Cuerda, que sustituyó al asturiano Bárzana cuando éste se incorporó al curso del Estado Mayor y la componían las brigadas 73ª, 198ª y 199ª, cuyos jefes eran Bartolomé Fernández, José Cirac la Iglesia y Miguel Arriaga Vergara.
Las divisiones 71ª y 28ª llegaron a Extremadura el día 16 de agosto, fecha en que comenzaron a moverse las divisiones 19ª y 52ª, siendo la última en hacerla la Sexta. La 71ª marchó a reforzar al VI Cuerpo de Ejército, pues las tropas del general Múgica se habían empezado a mover en aquel terreno y, después de atravesar el Puerto de San Vicente, alcanzaban Campillo de la Jara y llegaban hasta la Nava de Ricomalillo, ya en tierras toledanas. Las restantes quedaron de refuerzo en el sector principal.
Prada dispone en ese momento de 13 divisiones, 38 brigadas mixtas y las consiguientes tropas de cuerpo de ejército, aunque el día 22 de agosto quedan reducidas a 12 divisiones y 35 brigadas, pues una vez detenido el avance del general Múgica, que fue muy considerable, la 71ª División quedó como reserva del G.E.R.C., aunque transitoriamente a disposición del VII Cuerpo de Ejército. Con tan poderosos medios, Prada decide pasar al contraataque una vez que el avance nacional había sido frenado. La nueva línea formaba un largo y estrecho entrante hasta Zarza Capilla y Prada decidió estrangularlo. Para ello dictó el día 22 [agosto] su directiva número I en la que señalaba como misión del Ejército la de envolver y aniquilar las tropas enemigas en el saliente de Cabeza del Buey. Las fuerzas de maniobra las constituirían las cuatro divisiones procedentes de Levante, de las que tres, las divisiones Sexta, 19ª y 28ª se afectarían al VII Cuerpo de Ejército, reforzado también con una compañía de tanques, dos de blindados, un batallón de obras y fortificaciones, tres grupos de Artillería y tres baterías independientes, con un total de 32 piezas. La 52ª División pasaba al VIII Cuerpo de Ejército, al que se reforzaba con sendas compañías de tanques y blindados, seis grupos de Artillería y tres baterías pesadas con un total de 50 piezas.
La idea de maniobra era idéntica a la de los nacionales en el mes anterior, pero a la inversa. Dos ataques procedentes, uno del norte y con base de partida en la Puebla de Alcocer, y otro del sur, desde el vértice Moros, debían converger en Castuera aislando todas las fuerzas nacionales establecidas en el saliente. El VII Cuerpo de Ejército avanzaría a lo largo de la carretera nacional número 413 hacia el sur y el VIII a lo largo del eje Monterrubio-Puerto Urraco-Castuera.
Trinchera Republicana
Para la explotación del éxito se afectaban con carácter eventual a los cuerpos de ejército sendas compañías de blindados y se mantenían en reserva una de tanques y otra de blindados. En total intervenían tres compañías de tanques y seis de blindados, que eran todos los que componían los tres batallones de la segunda brigada de ingenios blindados. En conjunto, más de 100 vehículos.
La ofensiva se inició el día 22 de agosto y como de costumbre tuvo éxito inicial, pues el VII Cuerpo de Ejército arrolló las fuerzas de la 21ª División del Ejército del Sur, que desde su constitución cubría el frente de Badajoz, como antes lo hiciera la brigada independiente que la dio origen. Esta División era menos que mediana, tanto en sus mandos como en sus tropas, y “chaqueteó” de lo lindo, abandonando sus posiciones. Su jefe, el coronel Cañizares, que ocupaba el puesto de comandante militar de Badajoz desde el mismo día en que se ocupó esta plaza, entonces con el empleo de comandante, fue destituido y sumariado y un Consejo de Guerra le dio la baja en el Ejército, lo que no fue obstáculo para que posteriormente hiciera una cierta carrera política, a lo largo de la cual ocupó diversos gobiernos civiles durante un largo periodo de tiempo. Le sustituyó el coronel Oliver.
Animado por el fácil desarrollo de la operación, Prada ordenó al VII Cuerpo de Ejército que insistiera en el ataque, reforzando sus medios a costa del VIII Cuerpo de Ejército, que no había logrado grandes cosas por su sector. A las tropas de maniobra se une la 37ª División, que cubría el frente anterior, y a la que se confía la misión de flanquear a la Sexta, que era la que más había profundizado y el día 26 [agosto] se incrementan sus medios con la 51ª División y dos nuevos grupos de Artillería.
Prada había confiado al VIII Cuerpo de Ejército la misión de ocupar Zarza Capilla y como fracasó de nuevo el día 25 [agosto], abandona todo intento de acción ofensiva por su sector y concentra todo su esfuerzo en el del VII por donde sus tropas avanzan aún, aunque con mayor lentitud. Para dar solidez al ataque, la 52ª División se une a la 51ª y ambas pasan agregadas al VII Cuerpo de Ejército.
El día 27 [agosto] la penetración llega a su fin. Los ataques de las divisiones Sexta y 19ª en dirección a Castuera se debilitan y comienza la reacción enemiga con violentos contraataques de flanco a partir de Campanario. La situación se hace difícil y se ordena al VIII Cuerpo de Ejército que reemprenda sus ataques en dirección Zarza Capilla y Cabeza del Buey, con la misión de conquistar la sierra del Torazo para aliviar la situación del VII Cuerpo de Ejército. En apoyo de los nacionales regresan de nuevo a Extremadura los [aviones] Fiat de Morato y Salas y los Ju 52 de Gallarza. Queipo se siente de nuevo fuerte una vez que los Fiat barren del cielo a los “moscas”, “curtis” y “katiuskas” que hasta entonces eran dueños de él. La ofensiva gubernamental queda frenada y las tropas de Prada pierden toda impulsión. El día 2 de septiembre ceja en su empeño y dirige a sus tropas la directiva número 12, en la que les anuncia que, después de 10 días de ofensiva, el enemigo ha tenido tiempo de organizarse por lo que debe pasarse a la defensiva. Deja en línea las divisiones Sexta, 28ª y 68ª y a la 25ª Brigada de la 51ª División que enlaza con la 38ª ya del VIII Cuerpo de Ejército y mantiene en reserva del VII a la 19ª División, del VIII a la 51ª menos la 25ª Brigada y del Ejército a la 52ª División.
La ofensiva, para la que se habían acumulado medios cuantiosísimos, había dado en hueso y, una vez más se ponía de manifiesto la escasa penetración del Ejército Popular que logró escasas ganancias de un terreno, totalmente estéril que no incluía ni un solo pueblo; sólo algunos pequeños cortijos y aún esto fruto de la sorpresa inicial, de la enorme superioridad local y de la escasa calidad de las tropas en línea de sus contrarios. El lejano frente del Ebro sólo se vio afectado por el traslado a Mérida de las fuerzas aéreas citadas, que lograron resonantes triunfos, entre los que destacó el alcanzado por mi hermano Ángel el día en que concluyó la batalla, que en un solo combate derribó tres bombarderos “katiuskas” y el “mosca” que pilotaba el jefe de la primera escuadrilla del grupo 21. Los cuatro aviones tenían mayor velocidad que la de su caza Fiat.
La contraofensiva republicana tras los combates del cierre de la bolsa de La Serena, 22 al 31 de agosto de 1938 según el Servicio Histórico Militar de 1981.
Plan del general Rojo
Las tropas nacionales son ya insuficientes para la tarea que tienen impuesta, y la marcha al Ebro de las dos divisiones 74ª y 102ª se acusa muy sensiblemente, ya que desde el primer momento se ha operado con el mínimo de fuerzas. Por otra parte, la creencia de que, tras la gran derrota del 24 de julio, el enemigo ya no iba a ser capaz de oponer una futura seria resistencia falla como en tantísimas otras ocasiones de nuestra guerra, lo mismo en un bando que en otro. Esta falta de efectivos nacionales es, además, de sobra conocida por los mandos contrarios, siendo así como el 13 de agosto el general Rojo -que se ha trasladado a Almadén- da una Instrucción de la mayor importancia.
Vicente Rojo cree que la maniobra del enemigo se dirige a aislar los batallones propios del Tajo de los de Puebla de Alcocer, para romper luego entre Puebla y Cabeza del Buey o entre Cabeza del Buey y Belalcázar, con un ataque final a Almadén. Esta última posible acción la estima de suma gravedad, más como conoce las escasas fuerzas que vienen atacando cree posible imponer “un serio revés” al contrario, si se acumulan rápidamente los medios precisos. De ello debe encargarse el jefe del G.E.R.C., general Miaja.
Puesto de observación de una Brigada.
Lo primero que se necesita es llevar al frente extremeño un mínimo de cuatro divisiones, cinco o seis grupos de artillería, un batallón de tanques y otro de blindados y toda la caballería que no sea indispensable en los otros ejércitos. Con todos estos efectivos y los del Ejército de Extremadura que sean aún utilizables, se podrán formar dos cuerpos de ejército, que se concentrarán al Norte y al Sur de Almadén.
Con ellos se atenderá, ante todo, a la defensa inmediata de esta plaza, derrotando a las fuerzas que avancen sobre la misma y ocupando posteriormente, por lo menos, Castuera y Monterrubio. Como acciones complementarias se actuará sobre Talavera y Córdoba.
Los difíciles avances nacionales de los días 14 y 15 de agosto
El día 14 continúa al Norte la acción sobre Sierra de la Chimenea por parte de la 11ª División, en combinación con fuerzas de la 19ª, quedando al final de la jornada rodeada aquella Sierra.
Al Sur, la 60ª ocupa, no sin vencer fuerte resistencia, las lomas al Oeste y la Sierra al Este del pueblo de Zarza Capilla, que queda prácticamente ocupado; en la operación colabora la Caballería. Las divisiones 112ª y 122ª, superando igualmente duras oposiciones, avanzan en el recodo definido por el ferrocarril de Ciudad Real y el río Zújar, alcanzando el kilómetro 312 de aquel, el cerro Dos Ríos y las dos alturas denominadas Mangada, sufriendo luego las fuerzas violentos contraataques.
El día 15 queda totalmente limpia de enemigo la Sierra de la Chimenea, hecho lo cual las fuerzas de la 11ª División son relevadas por otras de la 19ª, comenzando seguidamente su traslado a la zona del Puente del Arzobispo, pensando en futuras operaciones.
La 21ª División se establece en la orilla izquierda del Zújar al Oeste de Los Caserones, enlazando al Norte con fuerzas de la 19ª. La 60ª ocupa las alturas al Norte de Zarza Capilla, y la 112ª y 122ª las alturas enemigas del recodo del Zújar.
La dureza del terreno favorece su defensa, que cada día resulta más tenaz y positiva.
Refuerzos para el Ejército de Extremadura
Las primeras divisiones de refuerzo enviadas por el general Miaja en apoyo del coronel Prada llegan al teatro de operaciones extremeño el día 16 [agosto]. Son las divisiones 71ª y 28ª.
La 71ª [División], reserva del Ejército de Andalucía, está mandada por el teniente coronel Carlos Cuerda, que dispone de las brigadas 73ª, 198ª y 199ª. La 28ª [División], viene de Levante, su jefe es el mayor Mayordomo Moreno y las brigadas, 125ª, 126ª y 127ª. En ese día 16 [agosto] comienzan, además, a moverse las divisiones 19ª y 52ª, también desde el teatro de operaciones de Levante.
Estas últimas proceden, respectivamente, de los cuerpos XVII y XVI. La 19ª [División] está mandada por el mayor Martínez Lignac, y consta de las brigadas 6ª, 52ª y 58ª; la 52ª [División], del mayor Martínez Cartón, está integrada por las brigadas 43ª, 175ª y 197ª.
Se podrá contar, además, con la 6ª División, procedente igualmente de Levante (XX Cuerpo), mandada por el mayor Valeriano Marquina y compuesta por las brigadas 107ª, 209ª y 220ª, División que se encontrará también pronto combatiendo en tierras del Zújar y el Guadiana.
La 71ª [División] reforzará el VI Cuerpo, la 6ª, 19ª y 28ª [divisiones] se afectarían al VII, y la 52ª [División] se integrará en el VIII.
Apoyo considerable, que pronto desequilibrará acusadamente la balanza, sobre todo si se añade a aquel apoyo tres compañías de tanques, seis de blindados, y seis grupos y seis baterías, con un total de 82 piezas.
La batalla del Ebro iba a salvar, no sólo a Valencia, como es de sobra sabido, sino también a Almadén.
Los primeros proyectos de Prada. El paso del Zújar
Respondiendo a esta idea, el mando del VII Cuerpo daba una orden de operaciones en la que se señalaban las misiones siguientes: la 37ª División, a la que se agregaba un batallón de la 148ª Brigada (36ª División, situada en el frente del Tajo), más una sección de tanques, efectuará un combate de reconocimiento sobre el kilómetro 27 de la carretera de Puebla de Alcocer a Castuera (tras el cual se encontraba el puente sobre el Zújar y la posición de Los Caserones). Con otro batallón de la misma Brigada 148ª, una sección de tanques y un escuadrón, efectuaría otro combate, también de reconocimiento, siguiendo el eje de la carretera que desde Sancti Spíritus conduce a la de Puebla de Alcocer a Cabeza de Buey y que luego de pasar el Zújar lleva a la casa de la Higuera. La orden decía: “Se entienden que estos [combates] deberán de hacerse con la suficiente energía para obtener un reconocimiento exacto, si bien también con la necesaria prudencia para que tácticamente las fuerzas no queden en ningún momento en situación comprometida”.
Patrulla de Caballería sublevada en el sector de Navalmoral de la Mata. En concreto, se encuentran cruzando el primer ojo del Puente del Arzobispo en la orilla extremeña.
Son éstos los dos objetivos ocupados por la División 21ª el día 10 [agosto] y por la Caballería el 12 [agosto] y serán los principales puntos elegidos para cruzar el Zújar.
Los duros días de espera
El diario de operaciones del Ejército del Sur se limita a decir el día 16 [agosto]: “El enemigo atacó fuertemente en el Sector de Zarza Capilla, siendo enérgicamente rechazado”. La 60ª División ha tratado de avanzar sobre el sistema montañoso de Peñalsordo, no consiguiendo vencer la desesperada resistencia contraria. La 112ª y la 122ª no se han movido.
A partir del 17 [agosto] la combatividad de las fuerzas del Ejército de Extremadura va a acentuarse de modo muy acusado.
El parte del Ejército nacional del Sur de este día dice: “En el Sector de Cabeza de Buey el enemigo ha contraatacado repetidas veces nuestras posiciones, siendo enérgicamente rechazado y causándole gran número de bajas”. Los puntos más sensibles de las embestidas serían la zona de la unión del Guadalemar con el Zújar y los alrededores de Zarza Capilla.
El 18 de agosto, al amanecer, Prada ordena que el Cuerpo de Ejército VII se mantenga a la defensiva a toda costa, y que el VIII continúe los contraataques de la anterior jornada; se agrega a las fuerzas una compañía de tanques.
El 19 [agosto], Prada autoriza al jefe del VIII Cuerpo para “ejecutar golpes de mano donde la situación táctica lo aconseje”, sobre objetivos concretos y sin comprometerse en una ofensiva a fondo. A la tarde pasaban el Zújar unos 150 hombres, que luego lo repasarían, diezmados. ¿Son los de la 37ª División y la 148ª Brigada, de que antes se habló?
Una petición y una negativa
En estos días el Ejército de Extremadura se ha limitado a “marcar” al contrario, desgastarle y tantear los diferentes puntos del frente, pero existe aquí evidentemente la amenaza larvada de una acción general, totalmente distinta, en la que se tratará de pasar de un modo decidido a la contraofensiva.
Este cambio sensible del “clima”, que denota un futuro y acusado desequilibrio de fuerzas a favor del coronel Prada, es lo que obliga al general Queipo de Llano, el 19 de agosto, a dirigirse al general Franco en un telegrama que comienza así: “Información enemiga acusa sensibles refuerzos Ejército rojo Extremadura, habiendo aumentado también actividad aviación”. En el telegrama se habla de los bombardeos que sufren sus fuerzas y luego se señala: “Todo ello demuestra atención que enemigo ha prestado a nuestra proximidad Almadén”. Por todo lo cual apunta que cree llegado el momento de que le sean enviadas más fuerzas, “o por lo menos la División 102ª”, cuyo regreso se le ha ofrecido en momento oportuno.
La contestación del Generalísimo es negativa: “Situación general impide envío de fuerzas de otro frente. División 102ª empeñada en acción, no retirada todavía”.
El 19 de agosto, en el frente del Ebro, languidecía la fuertísima y sangrienta batalla local de la Sierra de Pandols, teniéndose que ser retiradas de línea las dos principales Divisiones contrincantes, terriblemente quebrantadas. “El Ebro” iba a ser así un actor presente y muy importante en tierras extremeñas.
Asegurar el frente y pasar a la defensiva
Indudablemente los dos días 17 y 18 [agosto], y debido a los fuertes contraataques mencionados, han hecho ver al general Queipo de Llano totalmente cambiada la situación: el enemigo es muy peligroso y lo va a ser más aún, y él sabe, además, que no puede contar, al menos de momento, con más fuerzas que las suyas. Así, pues, lo importante por encima de todo será asegurar el frente, endeble en muchos puntos, pasando a la defensiva.
En la orden de operaciones dada el 20 de agosto dispone que la 21ª División se extienda desde el río Guadiana, donde enlaza con el Ejército del Centro, hasta el camino de las Minas al río Zújar, arroyo del Piojo; la 60ª, desde dicho camino al arroyo Rencano, situado al Oeste de la altura de Dos Ríos; la 122ª, a partir de dicho arroyo al vértice Loboso; desde el cual desplegará la 24ª División. La 112ª quedará en reserva, aunque eventualmente con media Brigada en las estribaciones del vértice Cabezuela. Y la Caballería concentrará una Columna al Sur de Helechal y otra en las estribaciones Norte del macizo de los Tiros.
La Orden del coronel Prada para la contraofensiva general
Teniendo ya a su disposición las fuerzas necesarias, Prada firmará el 22 de agosto una Directiva, en realidad Orden de operaciones, en la que señala que, para contrarrestar la acción enemiga, “se desarrollará una maniobra ofensiva”. El objetivo será “envolver las fuerzas que se encuentran en el saliente de Cabeza de Buey, dejándolas aisladas y procurando su destrucción o captura”. Se realizarán dos ataques convergentes sobre Castuera, desde Puebla de Alcocer y desde la loma Morras, en la orilla derecha del Zújar, a cargo, respectivamente, de los Cuerpos VII y VIII, figurando como fuerzas ejecutantes, en el VII Cuerpo, las Divisiones 6ª, 19ª y 28ª, más una compañía de tanques y una de blindados. Como artillería no divisionaria, habrá 29 piezas a disposición del VII Cuerpo y 34 para el VIII; actuando además “toda la Aviación a disposición de este Ejército”, sin que se precise aquí más.
Referente a la acción del VII Cuerpo, en el que era fundamental el paso del Zújar, dice la orden: “El ataque a las posiciones enemigas del río sobre los ejes indicados se realizará de noche, con núcleos de tropas escogidas, operando por sorpresa y combinando la acción de las direcciones, de modo que las resistencias más fuertes sean desbordadas y envueltas al mismo tiempo que el ataque de frente”. Es claro que el reciente triunfo del paso nocturno del Ebro estaba presente, y bien presente, en la orden del coronel Prada.
El detalle de las acciones sucesivas al paso del río es de gran interés. Dichas acciones serán en realidad tres, llamadas fases u objetivos”.
En la primera fase de la operación, o “primer objetivo”, la 6ª División cruzaría el Zújar por la loma Portuguesa, tres kilómetros al Este de la carretera de Campanario a Orellana, marchando hacía el Sur y ocupando entre otros objetivos Malpica, las Tablillas y el vértice Marroquín; la 19ª alcanzaría la línea definida por las lomas Dorado, Pelalobosa, Manotero y El Torilejo, lanzando una vez pasadas las fuerzas el Zújar destacamentos de blindados con la misión de cortar la circulación por las carreteras e informar de las reservas del enemigo; finalmente, la 28ª División pasaría el río por el vado del Canchar, protegiendo el flanco Este de la 19ª División.
En la segunda fase (“segundo objetivo”) la 6ª División, girando a su derecha, seguiría el camino vecinal de Orellana a Campanario, ocupando este último pueblo, y continuando hacia el Sur, pasando por el vértice Antanillas y quedando 1.500 metros al Oeste de Castuera; la 19ª ocuparía las sierras de Castuera y Benquerencia; y la 28ª se establecería en la carretera llamada de “La Golondrina”, hasta su cruce con la de Puebla a Castuera, esto es, en Los Caserones.
El detalle del “tercer objetivo” no interesa aquí.
En el VIII Cuerpo, la 52ª División y todos los efectivos de que se pudiese disponer de la 51ª, más los medios suplementarios, realizarían el ataque principal en dirección a Monterrubio, lanzando un destacamento de blindados que cortase las comunicaciones.
La 21ª División, nacional, y su despliegue
Puede decirse que esta División era en su origen una de las más antiguas del Ejército nacional, ya que se había formado a base de los destacamentos primeros que fueron jalonando el frente de la provincia de Badajoz, cuando dos años antes el teniente coronel Yagüe la cruzaba rápidamente para marchar sobre Madrid.
Su mando, el teniente coronel don Eduardo Cañizares, máxima autoridad militar en la provincia, sería nombrado, en abril de 1937, jefe de la, entonces recién nacida “División de Badajoz”, luego División 21ª.
En agosto de 1938 el ya coronel Cañizares tenía su Unidad dividida en dos Brigadas, I y II, y éstas a su vez en Medias Brigadas, con doce batallones y dos grupos de artillería (tres baterías de 75 y dos de 105, respectivamente). Había, además, dos Agrupaciones de Caballería (II y IV) y tres compañías de Ingenieros. Los mandos de las Brigadas correspondían a los tenientes coroneles Cobián y Fernández Heredia y las fuerzas de Infantería pertenecían a la Falange de Badajoz y al Regimiento número 3 de Castilla de dicha capital. A la Unidad se le habían afectado dos batallones de Trabajadores.
El espíritu de la División no podía ser alto. Dos años de estabilización suponen una erosión de la moral y una forzosa inexperiencia en táctica de combate. Hay aquí un dato revelador, y es el gran número de bajas por enfermedad, precisamente de oficiales, y más aún de oficiales subalternos, en los días que precedieron a la contraofensiva del Ejército Popular.
El terreno que cubría la 21ª División el 22 de agosto [1938] era muy extenso, inhóspito, con extensas zonas ausentes de toda vegetación y otras en las que esta vegetación era sumamente pobre. Era un terreno muy movido, pero sin alturas destacadas y hacia el Zújar abundaban las barrancadas muy profundas, obra de la erosión. El coronel Cañizares lo describió muy elocuentemente con las siguientes palabras: “La que podríamos llamar planicie de La Serena es un terreno descubierto de vegetación, de monótono y triste aspecto, difícil de identificar por carecer en general de detalles sobresalientes, cruzado por innúmeras veredas y surcos carretables, que forman confusa madeja, en la que el extravío o pérdida del viajero es muy fácil, y donde, sin embargo, hay los suficientes caminos e itinerarios a cubierto de vistas por donde un enemigo audaz puede deslizarse, y en que para ir de un lugar determinado a otro hay necesidad de dar grandes rodeos, recorriendo mucho más camino del que directamente mediara entre ellos”.
Una orden del II Cuerpo de Ejército había precisado el despliegue exacto que deberían tener los batallones de la 21ª División. De su I Brigada habría entre los ríos Guadiana y Zújar dos, uno en primera línea y otro en reserva. Entre el recodo del Zújar conocido por Las Vegas de San Pedro y el camino de la Casa Arroyanillo Alto a la Casa Adelfilla, esto es, al pie del cerro de Cuesta Mala, se situaría dos batallones en primera línea y otros dos en reserva. La II Brigada establecería dos puntos de resistencia cubriendo las carreteras de Cabeza de Buey a Sancti Spíritus y a Puebla de Alcocer, ambos sobre el Zújar; figurando a retaguardia otro batallón. Entre la carretera a Sancti Spíritus y el camino de las Minas al río Zújar (arroyo del Piojo) habría otros dos batallones, con un tercero en segunda línea.
El espacio, muy grande, comprendido entre las dos Brigadas, sería atendido por la Caballería de la División, parte de la cual vigilaría, manteniéndose el resto en reserva.
De la artillería, una batería del grupo de 75 se encontraba al Norte del Zújar y las otras dos un kilómetro al Sur de Caserones; el grupo de 105 se hallaba reunido un kilómetro al Suroeste de Casa de la Higuera.
Avisos de contraofensiva
En toda la línea del frente, y concretamente en la parte correspondiente a la 21ª División, se tenía conocimiento -por pasados y evadidos- del número de Grandes Unidades que se estaban concentrando en la retaguardia, cuyo destino, naturalmente, sería el de atacar. Se sabía, incluso, que procedían, las más, de Levante, lo que garantizaba su experiencia de grandes batallas, y que el mayor número de Divisiones se situaban entre el Guadiana y el Zújar inferior y no al Sur, en torno a Zújar superior, lo que aseguraba que el ataque más fuerte tendría lugar por el frente correspondiente a la 21ª División.
El día 22 [agosto] los aviones nacionales que se habían recientemente trasladado al cielo extremeño desde el del Ebro dieron información de que entre Puebla de Alcocer y la posición de Caserones se encontraban abundantes carros de combate y piezas de artillería, aparte de nutridos grupos de personal.
Día 23 [agosto]. Rotura de la 21ª División
El ataque esperado se inició en las últimas horas del día 22, esto es, ya de noche. Se recogía así la experiencia del Ebro, de Teruel, de Belchite y de Brunete (documento anexo nº1 al final del texto). Y se recogía también la buena información que se tenía sobre la debilidad de la División 21ª, porque el ataque se iniciaba por el frente de su I Brigada, y porque además se sabe que allí el terreno no tiene obstáculos defensivos señalados, con un río de fácil paso en esta época del año e infinitos caminos, propicios a un avance en profundidad, con apoyo de carros y blindados. De momento se tantea toda la línea entre el Guadiana y Cuesta Mala, infiltrándose por un punto no precisado un destacamento de unos 150 hombres, que luego se verá obligado a volver atrás, tras sufrir bajas.
Con las primeras horas del 23 [agosto], ya con la luz del sol, el combate se corre a las posiciones de la II Brigada.
La mañana de este día 23 transcurrirá en una constante presión en todo el frente, continuando el atacante tratando de encontrar puntos débiles por donde pueda romper la resistencia inicialmente encontrada. Al parecer, estos puntos van a ser, en un primer momento, la posición de los Caserones, desbordada por ambos flancos, y el arroyo del Ajo, por donde tendrá lugar una peligrosa infiltración. En la zona correspondiente a la II Brigada la presión será también general y muy fuerte.
En apoyo de las fuerzas de primera línea acuden varios batallones de la reserva divisionaria, y en hora no precisada se envía la IV Agrupación de Caballería (también divisionaria) en apoyo de la II Brigada, prometiendo, además, el general Solans enviar dos batallones (al parecer de reserva de Cuerpo) a la zona de la Casa del Risco.
Pasado el mediodía, el jefe de la I Brigada estima la situación muy grave, sobre todo al cesar de volar la Aviación propia y dejar el cielo para la contraria. Cerca de las dos de la tarde el jefe de la II Brigada comunica también que su situación es muy difícil.
A las tres de la tarde, quince minutos, los Caserones son intensamente bombardeados por la aviación, y poco después de las tres y media el batallón que lo defiende es arrollado y desalojado de sus posiciones, replegándose.
Ya por entonces se tiene también conocimiento de la gravedad de la penetración enemiga llevada a cabo por el arroyo del Ajo, decidiéndose enviar allí -y no en apoyo de la II Brigada, como se pensó en un principio- la IV Agrupación de Caballería, con un batallón de la reserva de cada Brigada de la División.
A las cuatro de la tarde cuarenta minutos se inicia lentamente la retirada de la II Brigada. A las seis y media el jefe de la misma comunica que no puede sostenerse más y que el enemigo le envuelve.
En auxilio de esta II Brigada se ha enviado otra Agrupación de Caballería divisionaria, la II, decidiendo a la vez el general Solans que los dos batallones prometidos no vayan a Casa del Risco, sino que marchen directamente hacia los Caserones, quizá con la esperanza de recuperarlos.
Con la llegada de la noche empeora notablemente la situación general. “Todos los batallones daban enemigo en sus flancos, desbordando y rebasando sus dispositivos, y las reservas eran escasas y, sobre todo, no podían acudir a todas partes a la vez”.
Pero no solo hay ataques en el frente de la 21ª División. En realidad, y según el parte del Ejército del Sur, se desencadena uno general desde el Guadiana al Guadalquivir (pantano de Guadalmellato). En los sectores de la División 23ª (Villaharta, Córdoba) y 22 (Pueblonuevo, Córdoba) han tenido simple carácter demostrativo, pero en el de la 24ª (Zújar superior) ha revestido gran violencia.
Día 24 [agosto]. Retirada de la 21ª División y Plan de retirada general
Cuando amanecía, ya dentro del día 24, quedó de manifiesto la desesperada situación de todo este frente. Se había hundido, particularmente, por la zona de los Caserones, por el arroyo del Ajo y también por donde no se esperaba, al Norte del Zújar, por las lomas Terrines y Siete Toriles, cuyas fuerzas se retiraban hacia el Norte, buscando el Guadiana y su orilla derecha. La II Brigada de la 21ª División resistía, al parecer, mejor, retirándose en orden. No se había perdido ninguna batería.
Es imposible -por falta de documentación- reconstruir con detalle las vicisitudes de esta dramática jornada, hora tras hora. Se sabe, sí, que la División 28ª [republicana] pasa el Zújar por el vado del Canchar, encontrando una resistencia muy fuerte en la loma Carneril, que domina el amplio “bucle” que forma allí el río, consiguiendo rodearla y avanzar hacia la loma Calderuela, que rebasa; que la 19ª [División republicana] pasa el río por el vado de Cuesta Mala, y que la 6ª [División republicana] ha ocupado la altura de Caserones, luego de desbordarla por ambos flancos y cruzar el Zújar por las inmediaciones de la carretera de Castuera a Puebla de Alcocer, si no por ella misma, extendiéndose en profundidad. (Ha habido aquí, indudablemente, un cambio en el plan primitivo que fijaba otros puntos de cruce del río).
Este día 24, a una hora no precisada, el general Solans pide al general Queipo de Llano, “urgentísimamente”, la autorización para retirar la 21ª División, señalándole al efecto para su I Brigada una línea de retirada definida por la Casa del Moro y el vértice Marroquín. En cuanto a la División 60ª [sublevada] y la parte de la 112ª que se encuentra combatiendo a su izquierda y las fuerzas de la II Brigada de la 21ª División, en retirada, propone Solans se acojan a una línea definida por los vértices Torozo y Cabezuela, loma Amarillo y vértice Naranjo, pensando en salvar a toda costa Cabeza de Buey, aunque se pierda Zarza Capilla y las alturas que la rodean. Como situación, la 112ª defendería el territorio desde Almorchón a Castuera y la 122ª el comprendido entre Castuera y Campanario.
De la División de Caballería que se encuentra en Monterrubio, una de sus brigadas sale a las seis de la mañana en dirección a Castuera, a donde llega al mediodía. Inmediatamente parte hacia la zona Vértice Marroquín-Casa del Moro, tomando como eje la carretera de Castuera a Puebla de Alcocer y recorriendo toda esta zona en misión de vigilancia, llegando por el Este hasta la carretera, o camino más bien de Cabeza del Buey a Puebla, llamado de “La Golondrina”. Con ello permite la entrada en fuego de varios batallones de la 122ª [División], llevados apresuradamente a la línea, varias veces repetida, vértice Marroquín-Casa del Moro.El teniente coronel Fernández Martos, de la 122ª, se traslada a Castuera, para desde allí hacerse cargo de la situación y despliegue de las fuerzas. La otra Brigada de la División de Caballería se dirige hacia la loma del Cuervo en misión de proteger la retirada de los batallones de la 60ª y la 112ª Divisiones y los de la II Brigada de la 21ª División, establecidos en un principio al Norte de Casa de la Higuera y que han sido batidos.
Todo este movimiento de fuerzas tendrá lugar en medio de constantes ataques y bajo el fuego incesante de la artillería y los aviones. Queipo de Llano pide al Generalísimo, con insistencia, el envío de aviación.
Día 25 [agosto]. Continúa la retirada
El avance de las Divisiones 6ª, 28ª y 19ª [republicanas] es en esta jornada muy profundo, Mientras en una primera fase del ataque, la 28ª División alcanza la línea Hoyas Altas-El Risco-vértice Ibañez-Casa Palanquilla-Tiesa Cabra-La Cabra y la División 19ª llega a las señaladas por las alturas de Jarante, Cuesta Mala, Ventosilla y Setecientos, posteriormente la 28ª empuja a las fuerzas contrarias hasta las alturas de Siete Toriles, Las Cañadillas, el vértice Naranjo y la loma La Gama, situándose la 19ª en el kilómetro 15 de la carretera de Castuera a Puebla. La 6ª avanza en dirección a la Casa del Moro.
Plano con la situación de los frentes que se establecieron a partir del 10 de agosto de 1938. Diario La Habana 12 de agosto.
La II Brigada de la 122ª División nacional, desplegada convenientemente y apoyada por la Caballería, inicia su contraofensiva en dirección al Zújar desde la zona Casa del Moro-vértice Marroquín, combatiendo sin cesar durante todo el día y avanzando algo al Noroeste de aquella Casa. A la vez, y cumpliendo instrucciones del jefe del Ejército del Centro, fuerzas del mismo realizan una acción de contraofensiva hacia el flanco y retaguardia enemiga, cruzando la línea del Guadiana, desde el vértice Cogolludo al puente al Sur de Orellana la Vieja, y atacando desde esta zona en dirección al otro puente sobre el Zújar de los Caserones. El mando de la operación corresponde al jefe de la División 19ª, que dispone de algunos efectivos propios y de la 11ª, una Brigada de Caballería y cinco grupos y cuatro baterías.
En el flanco derecho del despliegue nacional, las fuerzas son empujadas constantemente. El recodo Sur del Zújar está defendido por la II Brigada de la 122ª, y más al Norte se encuentran las de la 60ª, las quebrantadas de la 21ª y la Caballería. La 112ª se dispone a defender la línea Benquerencia-Buitrera-Almorchón.
En este día 25 llegan los primeros aviones procedentes del Ebro y el general Franco anuncia al general Queipo de Llano que ha ordenado la salida de línea -en ese frente del Ebro- de la 102ª División, cuyo traslado se iniciará al día siguiente con la mayor rapidez.
Día 26 [agosto]. Derrumbamiento total del frente de la 21ª División
El Ejército de Extremadura del general Prada ocupa en esta jornada el vértice Marroquín, llegando al kilómetro 9 de la carretera a Castuera. Otras formas ganan la loma Dorada y presionan fuertemente en dirección Sur, buscando los collados de Godoy (o Mejara) y Almorchón, aún lejanos, mientras que por el Oeste se trata de llegar a la carretera de Campanario a Castuera. La situación es cada vez más grave.
Se intenta detener el avance de esta jornada mediante la maniobra combinada de las dos Brigadas de la División de Caballería, partiendo una de ellas (derecha) de la loma de El Cuervo y sus proximidades, y la otra (izquierda), de la línea Casas del Moro-vértice Marroquín. Ambas deberán envolver y rodear por retaguardia a las fuerzas enemigas en progresión, pero la misión resulta imposible de cumplir, llegando solo los jinetes por la izquierda hasta el kilómetro 13 de la carretera de Castuera a Puebla y teniendo al final que retroceder hasta el kilómetro 9, lográndose apenas por la derecha retardar sólo el avance contrario.
La II Brigada de la 122ª División, por su parte, ha intentado progresar hasta el Zújar, consiguiendo por su ala izquierda en algún punto alcanzar su cauce, pero desbordada primero por la derecha y luego también por la izquierda, el jefe de la Brigada (teniente coronel Fernández Martos) recibe orden de retirarse al río Guadalofre.
Ya puede decirse que se ha fijado la línea general de retirada: es la determinada por los vértices Torozo y Cabezuela -abandonándose Zarza Capilla y sus alturas al Norte-, sierra Almagrera, le llamado Puerto Almorchón -en realidad, una zona imprecisa a vanguardia de este poblado-, el también llamado puerto Buitrera -en rigor, la falda de la sierra de este nombre-, el kilómetro 347 del ferrocarril, El Peñoncillo, el kilómetro 6 de la carretera de Castuera a Puebla de Alcocer, la mina Miraflores, Pico de Lirio y el río Guadalefra.
La Caballería hace un reconocimiento de la línea del Guadalefra, que cubren seguidamente los infantes. La ocupación de posiciones por estos se lleva a cabo “ordenadamente y con valor extraordinario, haciendo avances en la retirada (sic), con objeto de entretener al contrario”, según consta en el diario de la División. A las nueve de la noche las fuerzas quedan establecidas en sus nuevas posiciones.
La 112ª División, por su parte, va ocupando la línea Benquerencia-Buitrera-vértice Tiros-Sierra Almagrera. “La marcha -dirá igualmente el diario de esta unidad- se efectúa a pie, y a pesar del cansancio de las fuerzas se realiza con extraordinario orden, sin dejar detrás ni una sola caja de municiones, dando muestras todas las fuerzas de su elevado espíritu”.
La visión totalmente pesimista de la jornada sólo tiene un ligero alivio: entre los ríos Guadiana y Zújar se ganan las alturas de Terrines y Siete Toriles, que amenazan de flanco la 6ª División enemiga.
Al terminarse esta jornada del 26 [agosto], el jefe del Ejército de Extremadura [republicano], en una Directiva, ordena que el VII Cuerpo continúe su avance, “procurando imprimir mayor velocidad al mismo, dirigiéndose resueltamente la 6ª División sobre Campanario y la 19ª sobre Castuera”. El VIII Cuerpo deberá llevar a cabo acciones locales: su actuación, con frecuentes ataques, algunos muy duros, no ha arrojado ningún resultado positivo.
Días 27 a 31 [agosto]. Hacia la estabilización
Día 27. Por el Este la División 28ª llega a dos kilómetros del vértice Torozo, y a otros dos del vértice Cabezuela. Por el Oeste, la 6ª División ataca, con tanques, artillería y gran densidad de fuerzas de infantería, la línea del Guadalefra, que no puede romper. La 19ª no se mueve prácticamente. Las divisiones nacionales sufren a lo largo de su despliegue presiones muy fuertes. La 112ª se extiende ya desde el Este de Sierra Almagrera al Pico del Lirio, sobre la línea prevista. El general Solans ha dispuesto sea retirada la maltrecha 21ª División. El coronel Prada dispone que las divisiones 6ª y 19ª prosigan su avance y que las brigadas 25ª (51ª División) y 197ª (52ª División) se trasladen a la zona del Guadiana, vigilando sus pasos entre Casas de Don Pedro y Navalvillar de Pela, e intentando incluso una acción ofensiva para dominar el puente sobre el río de la carretera Campanario-Orellana. En el VIII Cuerpo, la Brigada 114ª (División 63ª) deberá atacar en el Sector de Peñalsordo en dirección Zarza Capilla-Cabeza del Buey, para envolver y hacer caer del revés las posiciones de Sierra del Torozo.
Día 28. Poco a poco va fijándose el frente, sobre la línea conocida. El cansancio de las fuerzas de uno y otro bando es grande. Prada reitera órdenes anteriores: la 6ª debe ocupar Campanario, la 19ª la Sierra de Benquerencia, y la 28ª extenderse hacia el Sur todo lo posible. Mientras, en el VIII Cuerpo -que ha avanzado muy poco, o nada- la División 52ª (incompleta) y la 38ª deben lanzarse impetuosas sobre Cabeza del Buey. Pero sólo se consigue en este día aumentar más el desgaste de todos.
Día 29. El general Franco ordena al general Dávila, jefe del Ejército del Norte, que envíe a la zona de Trujillo, a disposición del Ejército del Sur, fuerzas de la División 85ª, para reforzar la línea del Guadalofre, vital para defender la parte más codiciada de la tierra de La Serena. Prada, por una parte, modera sus ímpetus anteriores, y por otra reitera sus órdenes, bien que modificándolas en algunos puntos. “El ataque en dirección de Campanario -dice- se mantendrá, con objeto de fijar al enemigo, pero sin desgastar las fuerzas propias, que no se emplearán a fondo”. Se tratará, especialmente, de ocupar la Sierra de Benquerencia y cortar las comunicaciones de Castuera con Cabeza del Buey, envolviendo luego Castuera. Una brigada de la 28ª División avanzaría en dirección El Helechal-Monterrubio, con la misión de cortar la retirada de las fuerzas enemigas que se encontraran en Cabeza del Buey, buscando contacto, por la derecha, con la 19ª División, y por la izquierda con el VIII Cuerpo (Divisiones 52ª y 38ª) deberían atacar según las preceptivas ya conocidas. Más tampoco se consigue en este día variación sensible de la línea del frente.
Día 30. Las fuerzas nacionales pierden por la mañana la altura de Dos Ríos, que se recupera a la tarde. Una directiva del Ejército de Extremadura, comienza diciendo que “es esencial liquidar rápidamente la situación en el Sector de Cabeza del Buey”. En consecuencia, se dispone que las Divisiones 6ª y 19ª definan y contorneen sus frentes respectivos, “sin empeñarse a fondo más que en el caso de presentarse circunstancias muy favorables”, y que la 28ª División coadyuve a la acción que sobre Cabeza del Buey realice el VIII Cuerpo, avanzando hacia El Helechal y Almorchón. Son las órdenes reiteradas del día 29, y en ellas se delata el afán de liquidar una situación que ya resulta harto incómoda.
La estabilización
El 1 de septiembre [1938] la orden de Prada señala que la 6ª y 19ª ataquen, pero “con objetivos concretos y limitados”, y que el VIII Cuerpo continúe su maniobra. El 2 parece que el jefe del Ejército de Extremadura vuelve sobre sus pasos y ordena al VII Cuerpo ataque “con toda decisión y energía” en dirección a Campanario y Castuera, y el VIII a Cabeza del Buey, pero en la misma orden se habla de fortificar intensamente el frente y organizarlo defensivamente. El día 3 las órdenes señalan como objetivos los vértices Cabezuela, Almagrera y Torozo.
Todos estos días hay ataques frecuentes sobre diversos puntos, en ocasiones muy violentos, pero que no alteran la situación general. Todavía hay uno, el 7, sobre el vértice Cabezuela, que se repite el 13, el 18 sobre las minas de Miraflores y el 20 sobre la línea Castuera-Benquerencia.
El 14 de septiembre Prada había ordenado a la 6ª División llevar a cabo un reconocimiento ofensivo sobre Campanario.
Despliegues finales
El 31 de agosto el Generalísimo disponía que, llegada ya al frente extremeño la 102ª División y media Brigada de la 85ª, se organizara el frente en que tanto se había combatido en los cuatro Sectores siguientes[.
-Sector de Guadalefra: Extendido desde la confluencia de este río con el Zújar al Pico del Lirio, estando a cargo de la 122ª División (coronel Redondo), con dos grupos de artillería.
–Sector de Castuera-Almagrera: Situado a continuación del anterior hasta Sierra Almagrera, inclusive, bajo mando del coronel Baturone, que contaría con su División 112ª y una Brigada de la División que se estaba organizando en sustitución de la 21ª, ésta al mando del teniente coronel Díaz Olavarría, con tres grupos y tres baterías.
–Sector de Cabeza del Buey: Desde Sierra Almagrera al vértice Loboso, inclusive, comprendiendo, pues, la parte del recodo del Zújar no perdida, siendo su jefe el coronel Castejón, con la 102ª División completa, una Brigada de la 60ª y un batallón de Ametralladoras del Ejército, con dos grupos y una batería.
–Sector Monterrubio: Limitado por el vértice Loboso y al extremo oriental de Sierra Mesegara, con la División 24ª, completa (coronel Jevenois), un grupo y una batería.
Como reserva de Cuerpo de Ejército figuraba media Brigada de la 85ª, acantonada en Quintana de la Serena, y como reserva de Ejército, la otra Brigada de la 60ª División, situada en Almorchón y Helechal.
En el Ejército (Popular) de Extremadura, el VII Cuerpo, despliega, de Norte a Sur sus Divisiones 37ª, 6ª, 28ª y 68ª, habiendo sido retirada la 19ª. En el VIII Cuerpo figuraban las Divisiones 38ª, 52ª y 63ª. Pero mezcladas en estas unidades había Brigadas de la 41ª y 51ª División y bastantes batallones de mil procedencias.
La segunda gran ofensiva del general Queipo de Llano y sus resultados
La contraofensiva del coronel Prada tuvo unos resultados muy positivos. Aunque no consiguió su objetivo principal, que era la ocupación del saliente de Cabeza del Buey, tras ser seccionado del resto del frente, detuvo sí, en seco la segunda gran ofensiva de Queipo de Llano, aquella que pretendía reproducir el éxito grande de la primera, llegando a la línea del río Uso-puerto del Rey-río Guadiana-Puebla de Alcocer-Cabeza del Buey-Belalcázar-Herrera del Duque-Pueblonuevo, desde donde se hubiese tratado de llevar a cabo la tercera gran ofensiva, cuyo objetivo principal era, sin duda, Almadén.
El segundo proyecto sólo podía realizarse con éxito sobre las mismas bases en que tuvo lugar el primero, el del cierre de la bolsa de Mérida: sorpresa (relativa) y superioridad de medios. Pero aquí faltó una y otra. En efecto, desde que se cierra aquella bolsa todo el frente enemigo y su retaguardia se pone en tensión. Prada pide ayuda a Miaja y éste se la suministra, y bien cumplida. Sólo en el terreno de las Grandes Unidades, le enviará cinco. Por contraste las fuerzas nacionales se han visto privadas desde el principio de dos de sus mejores Divisiones. El coronel Prada contará con sus iniciales Divisiones 29ª, 37ª, 38ª, 41ª, 51ª y 68ª, más las cinco de refresco o procedentes de frentes donde se han curtido en duras batallas: 6ª, 19ª, 28ª, 52ª y 71ª. Total: 11 Divisiones, frente a las siete nacionales 11ª, 19ª, 21ª, 24ª, 60ª, 112ª y 122ª. Dejamos a un lado las fuerzas de Caballería, tanques y blindados donde existía, en conjunto, una cierta equiparación.
Sin embargo, y pese a todo, el fracaso de la operación no hubiese tenido lugar sin el hundimiento de la 21ª División, no tan espectacular como pudiese parecer a primera vista, pues sufrió prácticamente ella sola -poco fogueada- el embite de tres divisiones contrarias de calidad en un terreno con difíciles defensas, donde resistió, aunque retrocediendo, tres jornadas.
El que el avance triunfal de tres Divisiones -6ª, 19ª, 28ª- quedara luego frenado sólo puede explicarse por el rápido y acertado manejo de las fuerzas nacionales en campaña, exiguas y que para tapar el gran boquete han de dejar otros Sectores muy poco guarnecidos. También, por la falta de acometividad -particularmente de la 28ª División-, la frontera topográfica que suponían las sierras de Castuera, Benquerencia, Buitrera, Tiros y Almagrera, y, sobre todo, por el fracaso de la ofensiva al Sur de Cabeza del Buey.
Como en tantas otras ocasiones, la lucha, después de endurecerse considerablemente el frente, languidece de modo acusado para paralizarse enseguida. Sin embargo, la sangría había sido cuantiosa.
Bajas
El 27 de septiembre el jefe del Ejército del Sur en el parte diario al Generalísimo diría: “Nuestras fuerzas, muy agotadas después de tantos días operando y con muchísimas bajas en efectivos y cuadros de oficiales, que ordeno reponer con urgencia, rogando ordene al General Jefe de Movilización, Instrucción y Recuperación atienda peticiones he de dirigirle en este sentido por carencia de oficiales y falta de efectivos en unidades depósito”.
El general Cuesta ha señalado que durante el mes de agosto las bajas del Ejército del Sur, en el frente extremeño, fueron de 210 jefes y oficiales y 4.919 de suboficiales y tropas, puede decirse que todas correspondientes a la ofensiva y contraofensiva estudiadas aquí. Este dato es harto vago y necesitado de mayores precisiones.
Pero la documentación existente es sumamente incompleta y sólo podemos dar algunos datos fragmentarios.
En el Ejército del Sur se carece de datos relacionados con las bajas propias y respecto a las ajenas se tiene sólo referencias vagas e incompletas. Por ejemplo: “muchos prisioneros” “muchos muertos”. De la fase ofensiva (9 de agosto y jornadas siguientes) los días más completos aquí son el 9 (80 prisioneros, 100 muertos enterrados y 14 presentados) y el 13 [agosto] (147, 144 y 147, respectivamente). El 15 se afirma que desde el principio de dicha ofensiva hay 600 prisioneros. Por lo que respecta a la contraofensiva republicana (día 23 y siguientes), curiosamente sólo se habla en la documentación nacional de los presentados: 5 el día 23 [agosto], 2 el 24, 6 el 25, 35 el 26 y 6 el 27. Evidentemente con esta documentación resulta demasiado aventurado hacer la menor conjetura.
En el Ejército nacional del Centro (Agrupación Tajo-Guadiana) ocurre algo parecido. De la fase ofensiva tenemos escasos datos. Las bajas propias -muchas veces de una sola División- son 19 el día 10 [agosto], 97 entre los días 13 y 15, y 49, el 14. De la segunda fase, 23 el día 23, 3 el 26, 14 el 28 y 12 el 29. Del enemigo se dan estas cifras entre muertos y prisioneros: 35 el día 10 [agosto]; 640 los días 13 y 15, 9 el 14, 16 el 23, 16 el 28 y 5 el 29.
Pero si pobre es la documentación nacional, mayor aún es la del Ejército Popular, prácticamente reducida a cero en este aspecto.
Operación complementaria: avance del frente Tajo-Guadiana (21-23 agosto 1938)
La Sierra de Altamira y sus puertos
El 7 de agosto el Ejército del Centro había dado una “Nota relativa a la ocupación de los puertos de San Vicente y del Rey”. Se trataba, en rígor de apoderarse íntegramente de la Sierra de Altamira y de las sierras vecinas, hasta alcanzar por el Norte el valle del río Uso, superándole inclusive si las circunstancias eran favorables, y por el Sur al dominio de los valles de Guadarranque y Guadalupe en una extensión suficiente para permitir la libre circulación por la carretera de El Puente del Arzobispo a Cañamero y Logrosán, a través de La Estrella y el Puerto de San Vicente.
Ocupado este puerto se dominaría una extensa comarca, pudiéndose ocupar entonces el Puerto del Rey, actuando desde el valle del Guadarranque y el del río Fresnedosa.
Se consideraba, además, que la bolsa de Castilblanco se reduciría casi automáticamente, con lo que la línea se extendería, hacia el Norte y desde la Sierra de Chimenea por el curso del Guadiana hasta el puerto del Rey.
Se trataba, en definitiva, de una operación complementaria de la del cierre de la bolsa de Mérida [Bolsa de La Serena], pero de cierta importancia, al quedar muy acortado el frente, facilitadas las comunicaciones entre los Ejércitos del Centro y del Sur y robustecidas la situación de las fuerzas de la comarca de La Serena.
Órdenes
La orden de operaciones número 1 del I Cuerpo de Ejército, de 19 de agosto, señalaba como misión “enlazar los frentes del Tajo y del Guadiana por la depresión existentes entre las Sierras de La Estrella y Altamira, procediendo al envolvimiento y ocupación de la Sierra de La Estrella y la posesión del Puerto de San Vicente”.
La Sierra de La Estrella se envolvería por el Este y por el Sur, y el Puerto de San Vicente se ocuparía avanzando desde la zona Fuentes-La Nava de Ricomalillo y sobre Alía, para atacar la salida occidental de dicho Puerto.
Se organizarían tres Columnas y una Reserva. Las Columnas serían:
-
la Central, encargada de realizar el esfuerzo principal, con la División 11ª, menos un Regimiento, y tres grupos de artillería, dos divisionarios, todo a las órdenes del general Bartomeu.
-
la de la Izquierda, con la Brigada de Caballería del coronel Ibañez de Aldecoa y una batería agregada, y
-
la de la Derecha, con la II Brigada de la División 14ª y dos grupos de artillería divisionarios, bajo el mando del coronel Carroquino, jefe de aquella Gran Unidad.
Como Reserva, el Regimiento sobrante de la 11ª División y las unidades de la 107ª que guarnecían el Sector.
Previamente, y según orden del I Cuerpo de Ejército, de 15 de agosto, la 107ª División había extendido su frente hasta el Puerto de Arrebatacapas, inclusive, límite con la 19ª División. Con ello se favorecía el despliegue general de las Divisiones 11ª y 14ª.
El enemigo
La 29ª División defendía el frente desde el Tajo al Guadiana, con las Brigadas 46ª, 109ª y 114ª. A mediados de agosto la 71ª División, perteneciente al Ejército de Andalucía, había sido trasladada al frente de la 29ª División. Contaba aquella con las Brigadas 73ª, 198ª y 199ª y la mandaba el teniente coronel don Carlos Cuerda.
De esta forma la zona correspondiente a los puertos de San Vicente y Rey quedó muy robustecida.
Las operaciones
En realidad, habían comenzado el propio 19 de julio -según se vio ya- y continuado en la jornada siguiente, llegándose a una línea sensiblemente delimitada por la loma de Fuentelapio, Cerro Gómez, el vértice de Aldehuela y la altura de Foncalada.
El 20 de agosto se habían concentrado en Villar del Pedroso [Cáceres] las fuerzas de la 14ª División.
El 21, fuerzas de la 11ª División, que han de ejercer el esfuerzo principal, atraviesan el Tajo a viva fuerza, al Este del río Uso, luego de una intensa preparación de artillería y tras vencer la resistencia del enemigo, bien dotado de armas automáticas. Más al Este aún, y aprovechando la sorpresa general producida por el anterior ataque, cruzan el río otras fuerzas de esta División, en unión de la Brigada de Caballería, ocupando los jinetes, fácilmente, Aldenueva de Barbarroya [Toledo], y continuando su avance hacia La Nava de Ricomalillo [Toledo].
Simultáneamente, unidades de la 14ª División, partiendo del vértice Aldehuela, se dirigen hacia el Sureste, entrando en Aldeanueva de San Bartolomé [Toledo], mientras otras fuerzas de la nueva División cortan la carretera de La Nava de Ricomalillo a Campillo de la Jara [Toledo], enlazando luego con las de la 11ª División y aislando así la Sierra de La Estrella, con el pueblo de este nombre, donde se entra.
Continuando la persecución del enemigo, la 14ª División llega a Mohedas de la Jara, y la 11ª alcanza, a las nueve de la noche, Las Navas de Ricomalillo, con el macizo que lo domina.
El 22, y con muy fuerte calor, la División 11ª se apodera al anochecer de Campillo de la Jara, continuando ya de noche cerrada la persecución hacia el Puerto de San Vicente [Toledo], que es ocupado a las tres de la madrugada del 23, en combinación con fuerzas de la 14ª, las cuales han progresado por el Oeste. Se evacúa Sevillaneja de la Jara [Toledo].
Una Brigada de a 29ª División, la 46ª, así como otra de la División 41ª, la 81ª, llevada allí precipitadamente, han sufrido un quebranto considerable, quedando destrozados algunos de sus batallones.
Ya, sin enemigo prácticamente, llega el día 23 la 14ª División al Collado del Manzano, mientras que una unidad motorizada de la 11ª alcanza el pueblo de Alía [Cáceres], donde enlaza con fuerzas de la 19ª.
Estas, que han salido de las proximidades de Guadalupe, ocupan, además, el pueblo de La Calera [Cáceres], limpiando toda la zona de las estribaciones de Sierra de La Palomera.
El día 22 se había dispuesto que, una vez terminadas las operaciones, el frente quedara guarnecido de Norte a Sur, por batallones de la 107ª [División], una Brigada de la 11ª [División] y fuerzas, no precisadas, de la 19ª.
A la noche de este día tropas de Ingenieros establecían un puente provisional sobre el Guadarranque, procediendo a establecer pasos que sustituyeran a dos puentes volados en el Puerto de san Vicente.
Algún contraataque en los días sucesivos carecería de importancia. Tampoco la tendría tal o cual rectificación a vanguardia de la línea nacional.
Más adelante se dispuso que la División 19ª limitase a la izquierda con el I Cuerpo de Ejército, un kilómetro al Norte de los pueblos de Campillo y Mohedas de la Jara, y a derecha con el Ejército del Sur según los ríos Guadalupejo y Guadiana hasta su confluencia con el Ruecas.
Bajas
La documentación propia del Ejército nacional del Centro correspondiente al día 23, al hablar de estas operaciones, señala que se hicieron al enemigo 500 muertos, que hubo que enterrar, y 1.500 prisioneros, de ellos 50 heridos, que fueron hospitalizados.
Las bajas de la División 14ª en dos de oficial, cuatro de suboficial y 65 de tropa. El parte del Ejército del Centro dice que ni la División 11ª ni la 19ª ni la de la Caballería enviaron relación de sus bajas.
No se conocen datos de bajas en la documentación del Ejército Popular.
La jornada del 22 de agosto de 1938 para la 21ª División (Nacional)
Documento anexo nº1
II Cuerpo de Ejército. 21ª División
Parte de las Operaciones realizadas por la 21ª División desde el día 22 de agosto de 1938
I. Situación general. La señalada en la Orden del II Cuerpo de Ejército de fecha 20 de agosto de 1938.
Situación particular. La indicada en la Orden de defensa de la División de fecha 21 de agosto de 1938, con la modificación de que el 3º Regimiento por disposición superior y el Grupo de Artillería de 105 no se habían desplazado de sus posiciones.
Hechos ocurridos. El enemigo [los republicanos] desde las últimas horas del día 22, hasta las últimas de la tarde del 24, atacó fuertemente todo el frente cubierto por la División.
Con cortas pausas en el combate sus esfuerzos se dirigieron principalmente a arrollar y envolver las posiciones ocupadas por los Batallones 2º, 8º, 14º y 13º de Castilla.
Fue preciso maniobrar constantemente con las reservas de Regimiento para rechazar las constantes infiltraciones que entre Batallones pretendía, en especial por el hueco entre Brigadas.
Los republicanos lograron apoderarse de la posición izquierda del dispositivo del 2º Batallón con lo que amenazaban la carretera Caserones-Castuera. También y al presionar con una masa de gente, Artillería, Aviación y tanques sobre el 8º obliga a la retirada parcial de este Batallón. Con ello hay amenaza a la comunicación Caserones-Cabeza del Buey, por lo que la Artillería queda en apurada situación y en su vista se dispuso reacción ofensiva por los Batallones 4ª Bandera de FET de Badajoz y 12º de Castilla.
A las 12,40 el Jefe de la 1ª Brigada da cuenta que considera muy grave la situación. Que al marcharse nuestra Aviación el enemigo había lanzado un ataque durísimo con mucho fuego de cañón y carros. Que la reacción de los Batallones 4ª Bandera de FET de Badajoz y 12º de Castilla estaba casi paralizada. Expuesta al General Jefe del 2º Cuerpo de Ejército la situación tal y como el Jefe de Brigada la daba a conocer, a las 12 horas 45 minutos, autorizó el repliegue, a condición de que fuera ordenado, poniendo a salvo la Artillería y que se retirase hacia la línea Casa del Moro-Vértice Marroquín.
A las 12 horas 50 minutos, fue textualmente transmitida esa autorización al Jefe de la 1ª Brigada, que aunque telefónicamente, fue oída por el teniente coronel Tord, comandante Artalejo, Cornide y Castresana.
A las 13 h. 10 minutos, se pide al jefe de la 1ª Brigada que antes de iniciar el movimiento de repliegue lo comunique. Con gran entereza y serenidad, aquel jefe admite la posibilidad de sostenerse hasta por la noche, pero que precisaría acción de la Aviación por su derecha.
A las 13 h. 15 minutos se comunica al jefe de E.M. del Cuerpo de Ejército esta buena disposición de ánimo del jefe de la 1ª Brigada, así como la solicitud de acción aérea sobre el flanco derecho.
A las 13 h. 40 minutos, el jefe de la 2ª Brigada da cuenta de que el enemigo continúa presionando mucho y combatiendo con Aviación, Artillería y tanques.
A las 13 h. 50 m. Se pierde la comunicación telefónica con el P.C. de la 1ª Brigada. Se llama por óptica y no se obtiene contestación.
A las 14 h. 05 m. Orden a jefe principal Artillería en comprobación de que la Artillería de la 1ª Brigada está en seguridad y con instrucciones para que cambiando de posiciones apoye la retirada de la Infantería.
A las 14 h. 10 m. Vista incomunicación telefónica con 1ª Brigada, se intenta pasar por óptica un mensaje poniendo en conocimiento de aquel jefe que salió la Aviación pedida y que la 4ª Agrupación de Caballería se le reunirá por su flanco derecho, así como que se envían autos blindados por la carretera de Navalpino.
A las 14 h. 25 m. El jefe de la 2ª Brigada comunica le envuelven dos Batallones enemigos por el flanco derecho del 13º Batallón. Se le ordena que lance el 6º Batallón Castilla nº 3 para cortarles el paso tomando posiciones. Que la 1ª Bandera FET Badajoz apoye a la Caballería entre el 14 y el 13 y que después esa Caballería (2ª Agrupación) se revuelva en unión del 6º contra esas fuerzas.
A las 14 h. 40 m. Se comunicó a 2º Cuerpo de Ejército la situación de la 2ª Brigada y medidas adoptadas, así como de la incomunicación con la 1ª, del envío de la estafeta automóvil para tomar contacto con el Grupo de 75 y las instrucciones que se le enviaron. Igualmente, que el teniente coronel jefe 2ª Agrupación Caballería comunicaba que la situación estaba muy mal.
A las 14 h. 40 m. Se llama al jefe de la 2ª Brigada y se le ordena se mantenga a cualquier costa, y el 2º Cuerpo de Ejército comunica que la 112ª División realizará una acción ofensiva sobre Puebla de Alcocer.
A las 15 horas. El capitán de Transmisiones da cuenta de que no sale en óptica la 1ª Brigada por lo que no pudo pasarle el despacho.
A las 15 horas 15 m. El comandante Artalejo del Cuartel General de la División de Caballería, da cuenta de que la Aviación roja ha bombardeado Los Caserones, observándose mucho humo.
A las 15 h. 35 m. El ayudante jefe de la 1ª Brigada comunica de parte de su jefe que arrollado el 2º Batallón, desalojado de sus posiciones y envuelto el P.C. [Puesto de Mando] han tenido que replegarse.
A las 15 h. 40 m. Se da cuenta al 2º Cuerpo de Ejército del repliegue.
A las 16 horas. Al jefe de la 2ª Brigada [se le comunica] que envíe enlace al jefe de la 4ª Agrupación de Caballería para que se repliegue sobre su P.C. y se mantengan. Comunica dicho jefe de la 2ª Brigada que la situación es muy dura.
A las 16 h. 40 m. Comunica el jefe de la 2ª Brigada que el comandante del 13º Batallón ha quedado sin habla y que el Batallón ha iniciado la retirada. Que ordenó al jefe del 6º Batallón tomara el mando de él. El teniente coronel jefe del 3º Regimiento interviene para decir que consideraba un deber hacer constar que la situación no era grave sino gravísima.
A las 16 h. 55 m. Comunica el jefe de la 2ª Brigada que llegó a su P.C. el 13ª Batallón con su comandante en una camilla. Que ha ordenado al jefe del 6º que tome el mando del Batallón y con un escuadrón y una compañía ……….. (en este momento se interrumpe la línea telefónica).
A las 16.55 Se da cuenta de esta incidencia el 2º Cuerpo de Ejército.
A las 18 h. 30 m. Comunica el jefe de la 2º Brigada que no puede sostenerse, que los envuelven, que la Artillería peligra. Previa autorización del 2º Cuerpo de Ejército, se le dan instrucciones para que tome posiciones más a retaguardia, hacia la Casa del Risco, formando con los Batallones 14º, 13º, 6º de Castilla y 1ª Bandera de FET de Badajoz un cuadrilátero defensivo, que a su amparo sitúe el Grupo de Artillería de 105 y que las Agrupaciones de Caballería queden al flanco izquierdo. Que los Batallones 5ª Bandera de FET de Badajoz y 15º de Castilla sigan en sus posiciones.
Por disposición ulterior las fuerzas de la 2ª Brigada pasaron a las órdenes del coronel jefe de la 112ª División, encargado del Sector oriental del frente.
Los de la 1ª Brigada con otras unidades habían de mantener el Sector occidental y en cumplimiento de órdenes se fueron situando las unidades de la 21ª División con dispositivo que cubriera la carretera de Navalpino por las minas de Vista Alegre -Km. 6- y Peñoncillo del Quinto.
Independizadas rápidamente del mando de la 21ª División las otras fuerzas quedaron solo los de la 1ª Brigada con algunas compañías de los Batallones 14º de Castilla y 1ª Bandera de FET de Badajoz, Tabores 3º de Larache y 6º de Ceuta y 5º Batallón de Pavía a las órdenes del jefe que suscribe, hasta que con fecha 27 de agosto acordaba la reorganización de las unidades de la División, recibía orden de trasladar el Cuartel General a Zalamea.
Las dificultades y seguras inexactitudes que se cometerían al pretender repasar las incidencias día a día, debidas a los constantes cambios, movimientos, extraordinarias vicisitudes, accidentes en los mandos y extravíos incluso de documentaciones, vedan al jefe que suscribe a realizar la exacta separación, por lo que rinde al parte del ciclo intenso, aunque haciendo constar que los días de más duro combatir y mayor esfuerzo fueron del 22 al 24 [de agosto], a pesar de que durante ellos por su situación y extensión cubierta por sus fuerzas no pudo tener la conducción directa de las tropas que estaban con sus jefes naturales de Brigada. No así ya los días 26 y 27 [de agosto], en que personal y directamente hubo de embeberse en el frente para con el mando y ejemplo personal tomar parte en los combates que el enemigo lanzó y que fueron rechazados.
Los demás puntos comprensivos del parte de operaciones serán cursados sucesivamente, pues el traslado de algunos Batallones a otros frentes, dificultando las comunicaciones con ellos, imponen retraso para la comprobación de extremos tales como número de bajas y material inutilizado o perdido.
Zalamea de la Serena, 10 de septiembre de 1938.
El coronel jefe 21ª División
(Hay un sello en tinta violeta que dice: Cuartel General 21ª División. Estado Mayor)
Excmo. Sr. General jefe del II Cuerpo de Ejército.
Villanueva de la Serena.
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