Cerro Mario Mingo.
Este cerro, bien fortificado por trincheras, no tiene ninguna defensa de hormigón. Es posición republicana, junto a la posición Collado de la Mujer. Hasta finales del 1937 o principio de 1938. Que es tomada por las tropas franquistas, en operaciones del frente y dado de valor estratégico en la zona. Para asentar la ofensiva que en los próximos meses preparan las fuerzas franquistas. Esta ofensiva da lugar a lo que hoy llamamos. "El cierre de la bolsa de La Serena".
Pero como me impresiona, mucho la zona, me voy a lo fácil, bueno eso creí yo, me desplazo a Cerro Mario Mingo, entre Campillo – Peraleda, llegado a la zona, diviso el cerro, percatándome de la valla, tan impresionante, que rodea dicho cerro. Que protege la finca de Canta el Gallo, dedicada creo más bien a la caza, con explotación ganadera. Como he dicho, la valla era más alta, a lo acostumbrado, y robusta, mirando esta, un buen tiempo por donde introducirme para poder llegar al cerro.

Desde la posición.
Dominando todo el collado de la Mujer, al fondo, otra posición pendiente de documentar, dónde sé que existen, dos fortines, ya muy derruidos, estas posiciones son republicanas, no sé confirmar, cuando caen manos rebeldes, pero son las posiciones, del lado Este del llamado frente de Azuaga – Granja de Torrehermosa, las posiciones Republicanas, más avanzadas, son Cerro del Madroño.(Ya documenta y publicada en esta web). Que cubren hasta el río Zújar, en su frontera con la provincia de Córdoba, esta posición del Madroño, estaba defendida por 109 B.M. En 1937.
Cómo digo, busco hueco en la valla, por dónde colarme, sin percatarme, del acercamiento de un todoterreno, que circula por el interior de la misma.
Bajando del todoterreno, el supuesto guarda, me pregunto por qué miro tanto la valla, a lo cual le contesté, que para pasar al cerro, pero que no encontraba por dónde, con asombro me contesta, ¿pero piensas saltarla? A lo cual yo le respondí, a ver cómo llego al cerro si no es de esta forma. Mala cara del personaje, circunstancial, sin saber qué hacer, me preguntó el motivo, después de explicarlo y negar que algo como una trinchera existiera, dado que él no tenía ni idea de ello. Me invita seguirle, hacía una cancela, a unos 700 m, llegando allá, y esperando, se acercó y abre el candado, para poder entrar, comunicando que una vez terminado salga de la finca y cierre el candado,
Después de agradecerle, su amabilidad, entregándole yo una tarjeta, personal, para que su confianza, fuera mayor, al tenerme localizado por el móvil o Web, se marchó sin más. Cómo es de imaginar, subimos a la cima del cerro, encontrando lo esperado, las fotos, lo demuestran.
Una trinchera, excavada, reforzada en la pared frontal, por dónde supuestamente atacaría el enemigo, y comunicada por toda la cumbre del cerro, se divisa como es normal, zonas de descanso, en el centro de la defensa, con algún parapeto, pero en piedra, la defensa mayor de esta posición es el dominio del terreno, llanuras de km de tierras.
Sinceramente, yo esperaba algo más, en la defensa de este cerro, pero nada, desde que abandoné, ya dado por hecho, la zona de Don Benito, Guareña, Medellín. No
encuentro, son pocas fortificaciones sólidas, cómo búnker o nidos ametralladores de hormigón, lo cual me extraña al estar en, como decirlo, esta zona de primera línea de combate, bueno lo achaco a la movilidad, en toda la guerra de las líneas de frente, no como el caso de las posiciones mencionadas antes que están estables casi dos años.
Después de un tiempo, he intentado, ya documentar los frentes de las Sierras de los Argallanes, me desplace al mismo punto, dónde encontré al guarda de la finca y nada más aparcar mi moto, aparece, “la leche”; este tío tiene rada o satélite, bueno se para, saludamos, diciéndome que subió al cerro, que era verdad que existía, que ni el pastor, con años en la finca tenía conocimiento de ello, el cual le acompaño con gran sorpresa por su parte.
Me preguntó que me trae de nuevo por aquí, al cual conteste, que a ver si localizaba los dos nidos de ametralladoras, del Collado de la Mujer, diciendo que no saltara, ya la valla tenía muchos huecos por donde colarse, que charlara con el guarda, o propietario, mejor por el ganado y que era tiempo de puesta, de las perdices, y como buen patoso de campo que soy, podía pisar algún nido de las mismas, en fin, pensado un poco, le hago caso, diciéndole que me desplazaría a Don Benito, que tengo que localizar o al menos asegurar si existe algún vestigio, en la zona por explorar, a lo cual me contesta, que estoy como un cencerro, que sin tan lejos me desplazaría, solo por saber. Con una sonrisa, nos despedimos hasta la fecha, también es verdad, que no aparco en ese punto desde entonces…
Detalle de una de las trincheras de esta posición republicana. Desde la posición, puesto de observador o franco tirador. Fondo llanuras dirección Azuaga.

El amigo Miguel. Compañero incansable de caminatas. Y búsquedas por estas tierras de la provincia. Metido en las trincheras.